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Ovación de Unicaja Almería a su afición por abrir camino

  • El club ahorrador da las gracias al público del Moisés Ruiz en la vuelta a la competición por su "intachable comportamiento" y su cumplimiento estricto de las normas COVID: "Dentro y fuera de pista, somos equipo"

Ovación de Unicaja Almería a su afición por abrir camino

Ovación de Unicaja Almería a su afición por abrir camino / Javier Alonso (Almería)

Distancia de seguridad interpersonal, dos vomitorios solo de entrada y otros dos tan solo de salida, uno de cada en las dos zonas de grada separadas por palco y túnel de vestuarios, y, sobre todo, colaboración absoluta y sentido de la responsabilidad por parte de todos los asistentes. Era el primer partido tras siete meses, después de que el 28 febrero hubiese un magnífico ambiente gracias a la participación activa de las asociaciones vinculadas a la Fundación ‘Poco Frecuente’. Nadie sabía que ese momento iba a ser una despedida, pero así evolucionaron los acontecimientos. Tras meses muy duros de encierro, limitaciones y desescalada se alimentó la ilusión de que se volviese con cierta normalidad, si bien el verano ha derivado en dudas y en incertidumbre en toda España, también en Almería. Había que ser valiente y dar un voto de confianza, y así se hizo, devuelta con creces este sábado.

El Moisés Ruiz abrió al público perfectamente preparado como instalación, “gracias a la gestión del recinto deportivo que hace la Diputación de Almería”, mientras que Unicaja Almería puso “el capital humano necesario para garantizar que fuese seguro disfrutar del voleibol”. Así lo ha comentado Alfredo Cortés, gerente del club verde y personaje central de la puesta en marcha y funcionamiento de un operativo que tuvo la participación de más de una treintena de personas: “Puede ser una cifra parecida a la de otras ocasiones, pero la clave está en que ese número de colaboradores se centró en bastante menos público del que se puede esperar en un partido habitual de la Superliga”. El aforo limitado tuvo un ajusto en las horas finales, realizado a la limón entre club y administración titular, “para hacer lo más real posible el porcentaje concedido en la normativa sin restar ni un ápice de seguridad ya sobre el terreno”.

Un cruce de protocolos, una unificación de directrices y la asunción de todas y cada una de las recomendaciones que, sin ser vinculantes, ayudan a evitar riesgos, todo en suma, no dejaron cabos sueltos ni lugar a la improvisación: “Partimos de la base de que la comodidad o incomodidad de la gente pasa por las sensaciones, y desde luego que debían ser las mejores posibles, dentro de las limitaciones lógicas, desde el mismo acceso al pabellón, durante toda la estancia en su interior y en la salida a la calle después del partido”. Alfredo Cortés, en ese sentido, ha trasladado muy feliz el ‘feedback’ que recibió por parte de la hinchada verde: “No solo tenemos que dar las gracias por en excelente comportamiento y un escrupuloso cumplimiento de las normas, sino por las felicitaciones que muchos nos hicieron llegar, contentos por la certeza de que no habían puesto en riesgo su salud y habían recuperado algo suyo”.

Un amplio dispositivo formado por más de treinta personas desarrolla con rotundo éxito el plan diseñado durante la semana por la entidad y la Diputación, haciendo posible "lo que hace poco parecía un sueño"

Y es que, para la mayoría de los presentes, aunque hubo también cabida para que la afición creciera con rostros nuevos, “ir al voleibol es una costumbre muy arraigada y que les hace felices, algo que también empujó a la hora de tomar la decisión los días previos de, efectivamente, abrir las puertas de modo controlado”. Cortés ha ido a más: “Lo cierto es que somos un equipo, tanto dentro como fuera de la pista de juego, y así se hizo notar en la grada no solo animando a los jugadores, sino dando toda una demostración de responsabilidad, abriendo camino para Almería y el resto de modalidades”. De hecho, “fueron los protagonistas de un momento que se puede catalogar como histórico, que será recordado, participando activa y solidariamente, porque su respeto a las normas incide positivamente en los demás asistentes y, por ende y, a fin de cuentas, en toda la sociedad almeriense, sin dar ocasión a rebrote, en el primer acontecimiento deportivo de alto nivel con público de la era COVID-19”.

El presidente Antonio Rodríguez, junto a la mayoría de su junta directiva, supervisó el perfecto desarrollo del dispositivo que se había desplegado, desde la toma de la temperatura antes de acceder al Moisés Ruiz y el paso por la alfombra desinfectante hasta el mismo acomodo de los aficionados en los asientos dispuestos para ello. A su lado en el palco, los responsables de Deportes tanto de la Diputación como del Ayuntamiento de la capital, María Luis Cruz y Juanjo Segura, participando también de algo que pasará a los anales de club como una demostración de compromiso y de actitud proactiva para el beneficio de su entorno. Ganas de reencuentro entre los aficionados más ‘antiguos’, la grada se llenó de gestos de alegría, sin acercamiento físico ni pérdida de la compostura respecto a la normativa, lo que se trasladó a pista.

Una vez finalizado el choque así fue reconocido por ambos técnicos, el local Manolo Berenguel y el visitante Diego Taboada. En cuanto al primero, vio cumplido su deseo y mostró “orgullo por el comportamiento de la gente, de una afición que ha mostrado la responsabilidad que yo pedía los días previos y que no nos abandona”. Respecto a segundo, agradeció el trato recibido por la grada, “que vengan, que animen a los equipos, como han hecho… es una satisfacción”. Y es que una de las muestras de respeto al rival fue el silencio absoluto que se hacía cada vez que un jugador lucense efectuaba un saque, por ejemplo, sin olvidar los aplausos ante la espectacularidad de algún punto, cayera del lado que cayera, sabiduría y ganas del mejor voleibol por bandera en un templo de este deporte ‘adornado’ con sus propios feligreses.

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