A Quique Setién le entró por el ojo la primera vez que lo vio y ahora Jorge Pascual quiere aprovecharlo. El almeriense aterrizó en Villarreal hace siete años, cuando apenas contaba con doce primaveras, y ahora ha debutado con el primer equipo amarillo, esperando hacerlo próximamente en partido oficial. Al delantero le llegó su oportunidad ante el Fenerbahçe, aprovechó la gira por Turquía y vio portería ante el Galatasaray. En el primer encuentro salió desde el banquillo, perdiendo su equipo por 2-1, mientras que en el segundo fue titular, anotando el 1-4 en el minuto 41 (victoria final por 3-4).

"Sentí muchísima ilusión porque era algo que llevaba soñando desde pequeño, desde que llegué a El Madrigal", apunta el almeriense a sus 19 años desde tierras castellonenses después de haber pasado unos días de asueto en Almería. El de Jorge Pascual, apodado el tigre, está siendo uno de los nombres propios durante el parón mundialista al debutar junto a Luis y Gianni Cassaro, destacando el caso del último al militar en el Villarreal B a sus 30 años.

El delantero almeriense, que está inscrito con el tercer equipo, ha entrado en la lista de jugadores que han pasado por la cantera villarrealense y ha jugado con el 'A', camino por el que pasaron nombres tan significantes como Chukwueze o Yeremy Pino, incluso el almeriense Álex Baena. Con el último ha compartido ahora vestuario y también con Gerard Moreno, en el que se fija en cada entrenamiento ("es el que más me ha sorprendido", reconoce).

Gerard Moreno salta al verde por Jorge Pascual

Siendo juvenil de segundo año, en 2020, ya entrenó con el primer equipo, aprovechando ahora la oportunidad y presentando su candidatura para pasar de Tercera RFEF a Segunda o Primera División bien con Setién o bien con Miguel Ángel Jurado. El buen trabajo realizado por una de las canteras más importantes de España ha hecho que esta temporada tenga dos equipos en el fútbol profesional, lo que pretende aprovechar el almeriense, que dejó Almería a sus once años tras militar previamente en el Oriente y en la UDA. El niño, que comenzó en la residencia que ofrece el club, ya se ha hecho mayor y ahora busca que su nombre siga rugiendo con fuerza.