UD ALMERÍA | Contracrónica

Sadiq y Brian, la disputa de la vergüenza

  • El enfrentamiento que el nigeriano y el uruguayo protagonizaron en el descuento por lanzar un libre directo simboliza que el vestuario no está en el mejor momento para afrontar un play-off

Sadiq y Brian entrecruzan descalificativos al término del encuentro

Sadiq y Brian entrecruzan descalificativos al término del encuentro / Javier Alonso (Almería)

Más allá de no pasar del empate ante el colista jugando con superioridad durante casi media hora, el duelo ante el Albacete dejó una escena mucho más preocupante. Se produjo ya en el tiempo de descuento, cuando Brian Rodríguez se cobraba una falta peligrosa en la frontal del área que suponía la última ocasión para intentar remontar el partido. 

El extremo uruguayo, que había entrado al campo para ocupar el puesto de Lazo, cogió el balón mostrando confianza para golpear el libre directo, pero en esas emergió la figura de Umar Sadiq para reclamar la pelota para sí mismo ante la mirada atónita de Corpas, que en esos momentos portaba el brazalete de capitán al haber sido sustituido Balliu, y el resto de sus compañeros. 

Las caras de incredulidad se sucedieron en ese momento. Desde luego que Sadiq no había disputado su mejor encuentro con la rojiblanca, lento en muchas acciones y con la puntería torcida, el nigeriano pensó que podía ser buen momento para reivindicarse pese a no ser ni de lejos un especialista en el balón parado. Brian la reclamó para sí y se inició una pueril disputa repleta de descalificativos ante la que los comentaristas de la retransmisión televisiva y todos los aficionados que la seguían desde casa no daban crédito.

Sadiq se salió con la suya y su golpeo acabó en la barrera, incrementando la ira de Brian y un monumental cruce de reproches que se llevó hasta el vestuario con palabras subidas de todo. Luego en rueda de prensa Joan Francesc Rubi intentó calmar las aguas apelando a los "pecados de juventud" y haciendo un ejercicio de humildad pidió disculpas a la afición rojiblanca con la promesa de que no se volvería a repetir.

El técnico catalán debe andar desconcertado con el vestuario que se ha encontrado, lleno de egos infantiles que para nada redundan en beneficio del colectivo, más bien todo lo contrario. Llegados a este punto parece que cuanto más se ha presumido de que el vestuario es una piña es porque acontece todo lo contrario y, como se vio en el campo, los intereses individuales a veces priman por encima del colectivo. 

Con un play off a la vuelta de la esquina y todavía sin haber afianzado la tercera posición (ahora más en duda que nunca) el Almería no parece afrontar con las mejores garantías el tramo decisivo de la competición en el que lo que hay en juego es nada más y nada menos que un ascenso a Primera División. Y lo que es más desconcertante, los seguidores también se dividen entre quienes defienden la actitud de Sadiq y quienes están del lado de Brian. Mala mezcla para construir un ascenso. 

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