Vázquez, ¿viaje en balde?
Alfonso García y Fernando Vázquez se reúnen en Águilas toda la tarde y no llegan a alcanzar un acuerdo Hoy entrena Rivera y prosigue el casting
A las tres de la tarde de ayer lunes saltaba la noticia al dejarse ver Fernando Vázquez en las instalaciones del aeropuerto de Almería, donde aterrizaba en vuelo con escala en Madrid procedente de La Coruña para entablar conversaciones con Alfonso García al objeto de hacerse cargo del equipo tras la consumada destitución de Sergi el pasado sábado.
La cosa parecía blanco y en botella, pero cuando se trata del Almería es arriesgado llamarle a eso leche. Alberto Benito esperaba al técnico gallego en la terminal para trasladarlo a la sede de Urcisol en Águilas, donde el presidente acostumbra a cerrar las negociaciones, alejado de la atención mediática.
Según pudo saber este periódico, las conversaciones se prolongaron durante toda la tarde y bien entrada la noche. Allí se intercambiaron pareceres y Vázquez ofreció un diagnóstico detallado de cómo veía al equipo y en qué podría mejorarlo, transmitiendo su creencia en el plantel que hay.
Al filo de las nueve de la noche Alfonso García lanzaba una propuesta en firme y acto seguido abandonaba la mesa de negociaciones junto a Pepe Bonillo, director general, y Alberto Benito, director deportivo, para que el técnico la estudiase al detalle con su abogado, descolgándose tras unos minutos con unas exigencias que el máximo mandatario no estaba dispuesto a asumir.
Sin rúbrica de contrato alguno las partes dieron por concluido el encuentro dándose la madrugada como margen para que el técnico madurase si aceptaba o no el ofrecimiento realizado, por lo que hoy martes será Miguel Rivera, técnico del filial, quien se encargue de dirigir el entrenamiento del primer equipo en La Vega de Acá.
En caso de que a lo largo de esta mañana Vázquez no reconsidere su postura, la UDA proseguiría con el casting de futuribles, del que también parece haberse caído el cántabro Quique Setién, que exigía control absoluto de la parcela deportiva, algo que un club presidencialista como el rojiblanco no podía garantizarle.
En la lista de candidatos hay al menos uno con padrino. Se trata de Veljko Paunovic, ex jugador rojiblanco muy del agrado de Alberto Benito, que valora su perfil de técnico joven con preparación y conocimiento de la entidad, que además viene de proclamarse campeón del mundo sub-20 con la selección de Serbia.
Otros nombres que han saltado a la palestra son el de Toril, ex del Castilla, Joan Francesc Rubi (libre tras dejar el Real Valladolid) o Anquela, perfiles dispares aunque en la decisión final primará el coste económico del relevo, teniendo en cuenta que hay que indemnizar a Sergi. El técnico catalán daba ayer su particular visión del cese en declaraciones a Cataluña Radio: "Estoy un poco sorprendido por la destitución, el fútbol español no tiene paciencia", alegaba el de Las Franquesas del Vallés para luego reconocer que ya tenía la soga atada al cuello: "Sabía que tenía un ultimátum en caso de no ganar el partido frente al Tenerife". Sergi llegó para lograr la salvación en Primera y fue renovado para acometer el ascenso a Segunda. Ni una cosa ni la otra.
La segunda de las metas es la que se le plantea como objetivo ineludible ahora al nuevo técnico, sea finalmente Vázquez u otro nombre, que cogerá al equipo en zona de descenso con apenas 7 puntos en 7 jornadas y con mucho trabajo por hacer para recuperar la moral de un plantel llamado a cotas mayores que deambula con más pena que gloria por la división de plata.
Eso en el aspecto anímico, pero el trabajo arduo estará en el campo de entrenamiento, ya que Sergi deja una cuestionable herencia al ser el equipo más goleado de la categoría, encajando una media de dos goles por encuentro, sin olvidar los enormes problemas en la zona de creación pese a haber hecho pruebas con todos los pivotes a su disposición. La vanguardia parece la zona que mejor ha respondido hasta el momento, pero teniendo en cuenta la calidad de los atacantes rojiblancos al nuevo técnico se le exigirá explotar al máximo el potencial ofensivo.
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