Victoria épica en el Bernabéu

Fútbol l Supercopa de España

Los blancos remontaron la eliminatoria al Valencia jugando con dos hombres menos por expulsión. El equipo madridista comienza la temporada ganando su primer título con Robinho en el banquillo

Jugadores del Real Madrid celebrando la Supercopa, primer título de la temporada para el conjunto blanco.
Roberto Morales / Madrid

25 de agosto 2008 - 05:02

El Real Madrid conquistó su primer título de la temporada, la Supercopa de España, remontando al Valencia la eliminatoria y un resultado en contra con nueve jugadores, tras las expulsiones de los holandeses Van der Vaart y Van Nistelrooy.

El duelo tuvo dos actos radicalmente distintos. El primero esperanzador para un Valencia en plena reconstrucción, gracias al planteamiento de Unai Emery. En el segundo sólo existió el Real Madrid, que remontó a base de coraje.

Nació el partido con una superioridad numérica valencianista, clave en el centro del campo. Emery ató en corto a Guti y Van der Vaart. El Real Madrid se quedó sin creación. Se perdió en balones largos con nulas posibilidades para Raúl y Van Nistelrooy. Sin Marchena, el cacique de la defensa valencianista, Albiol y Alexis comenzaron a buen nivel.

Menos seguridad mostraba Hildebrant. No atajó ninguno de los dos disparos de Van der Vaart y Van Nistelrooy (minutos 6 y 11). El Real Madrid no tenía claridad, pero sus lanzadores no lo pensaban a la hora de chutar. Mientras, el Valencia destruía con su doble pivote eterno, Albelda-Baraja, y a su control del partido le faltaba la pegada de Villa y Silva.

Su aparición fue cuestión de minutos. En el primer momento que Villa dejó de pelearse con Heinze y Silva encontró espacio, el Valencia tocó con criterio hasta que el esférico llegó a Silva, que desde la frontal ajustó su disparo al palo izquierdo. Imparable para Casillas.

El Real Madrid ya necesitaba dos goles para remontar y el nerviosismo aparecía en el Bernabéu. El paseo del Sevilla de la pasada Supercopa (3-5), aparecía en la mente de todos. Revolucionados protestaron cada acción a Iturralde González, desquiciados. El descanso era necesario para Schuster. Y le vino bien al Real Madrid. Cambió radicalmente su imagen. Tiró de garra en la segunda mitad, en la que no se notó que jugase en inferioridad numérica. Con su nueva cara, se reivindicó el único jugador que desborde que no se llama Robinho: Robben. Sobre todo desde que cambió la banda izquierda por la derecha, para superar siempre a Moretti, que sufrió.

El Valencia parecía pecar de conformismo ante un Real Madrid lanzado. Un cabezazo de Van Nistelrooy golpeaba en la mano de Moretti. Penalti y suspense. Van Nistelrooy cruzó su disparo a la red y el Real Madrid se lanzó a por la remontada.

Robben lideró siempre la reacción. Se acobardó el Valencia y ni la segunda expulsión del partido, la de Van Nistelrooy por doble amarilla, consiguió frenar al Real Madrid. Sergio Ramos hacía estallar a su afición, aprovechando un rechace tras remate de Diarra al larguero. cia, que lo intentó a la desesperada, dejando un gran número de huecos a un equipo con nueve y el Real Madrid los supo aprovechar. Higuaín y después De la Red desataron la locura con dos goles finales. Y Morientes acudió a su cita con el gol cada vez que pisa el Bernabéu para permitir un triunfo sufrido hasta el último segundo.

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