Wimbledon, el último escalón para el regreso perfecto

Nadal llega a Londres sin disputar previamente ningún torneo en hierba y con la mente en su físico

Serena Williams, durante una rueda de prensa.
Tomás Rudich (Dpa) Londres

24 de junio 2013 - 05:02

Un cuadro complicado, poca preparación sobre césped y una superficie exigente para sus rodillas: el español Rafael Nadal intentará en el torneo de Wimbledon superar un nuevo desafío en su regreso perfecto al tenis. Ganador de siete de los nueve torneos que disputó desde que volvió a pisar una pista en febrero, Nadal llega al tercer Grand Slam de la temporada, que comienza hoy, como el jugador más en forma del circuito.

Pero su regreso fue tan exitoso como intenso, y tras sumar su octavo título en Roland Garros, Nadal se ausentó de Halle por recomendación médica y optó por descansar unos días en Mallorca.

"He parado por unos días. Pude disfrutar con mis amigos y mi familia", contó el español, que por primera vez en ocho años llegará a Wimbledon sin haber jugado ningún torneo previo en la breve gira sobre césped.

Una superficie que volvió a pisar el martes, cuando comenzó sus entrenamientos en el All England, y en la que afrontó su única prueba durante una exhibición el viernes en el exclusivo The Hurlingham Club londinense.

"Será muy duro aquí para mí", admitió Nadal. "No jugar ningún torneo antes de aquí es siempre un poco más duro. Voy a intentar competir lo mejor posible. Daré lo mejor y luego veremos", fue el prudente mensaje del español, que se medirá en el debut al belga Steve Darcis, 113 del ranking.

Un discurso de cautela que repitió varias veces en un año que calificó de "transición", pero que terminó contrastando con su marcha arrolladora en la pista.

Sin embargo, el español sabe que el césped no es precisamente la superficie más benévola con sus articulaciones. "Es quizás la superficie más complicada para mi rodilla. Las posiciones que hay que adoptar en la pista son muy bajas, de mucha flexión y allí es dónde más siento la rodilla", comentó Nadal, que volvió a hablar sobre el tema pese al silencio que se había autoimpuesto. El español deberá además afrontar la parte más complicada del cuadro, al menos sobre el papel.

Le espera un hipotético cruce en cuartos con el suizo Roger Federer, que va en busca de su octavo título en la catedral del tenis, y luego en semifinales con el británico Andy Murray, que se viene preparando durante casi un mes para poder romper finalmente la sequía de títulos locales desde a 1936.

Pero primero está Darcis. "Es un buen jugador, talentoso. Sabe jugar al tenis en todas las superficies y tiene buenos tiros. Es un jugador completo. Voy a tener que jugar bien y ser muy competitivo desde el inicio", analizó el español, consciente de su falta de rodaje en la superficie.

"Prácticamente se puede decir que llevo casi dos años sin poder jugar bien en hierba", dijo un Nadal al que aún sobrevuela en su cabeza la sorpresiva derrota del 2012 ante el checo Lukas Rosol en la segunda ronda.

"El año pasado jugué el torneo por amor, pero no estaba en condiciones de jugar aquí. Es la realidad. Jugué infiltrado desde el primer día", recordó Nadal. "Esa experiencia del año pasado ha sido demasiado para mí. No fue una buena decisión".

Fue su último partido antes de la larga ausencia de siete meses. Un año después, Nadal buscará superarse una vez más.

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