Zakarin se exhibe
El ruso vence en solitario tras atacar a sus seis compañeros de fuga Contador continúa en cabeza
El ruso Ilnur Zakarin (Katusha) hizo una exhibición en solitario para adjudicarse la undécima etapa del Giro de Italia disputada entre Forli e Imola, de 153 kilómetros, en la que el español Alberto Contador (Tinkoff) mantuvo la maglia rosa de líder.
Zakarin, de 25 años, atacó a seis compañeros de fuga a 23 kilómetros de meta y se convirtió en un Fórmula 1 camino del autódromo Enzo y Dino Ferrari, donde cruzó la meta sin apenas dar crédito a su estreno en una de las grandes por etapas, con un tiempo de 3h:55.07, en otra jornada rápida disputada bajo la lluvia que se cerró a una media de 39,069 kms/hora.
A 53 segundos llegaron los seis corredores con los que Zakarin había compartido la fuga del día, con el colombiano Carlos Betancur (Ag2r) a la cabeza, seguido del italiano Franco Pellizotti (Androni) y del español Beñat Intxausti (Movistar).
El compañero del ciclista vizcaíno, Juan José Lobato, entró décimo dando tiempo al grupo de favoritos, a 1.02, con Alberto Contador manteniendo el primer puesto de la general. El madrileño atacó en la última subida, a 5 kilómetros de meta, pero tanto Aru como Mikel Landa se pegaron a su rueda. Así se mantuvieron un día más las diferencias de 3 y 46 segundos del pinteño sobre el dúo del Astana. El colombiano Rigoberto Urán (Etixx) pudo mantener la sexta plaza a 2.10 a pesar de sufrir una caída.
Después de muchos intentos se formó una interesante fuga de 10 corredores en la que se metieron los españoles Intxausti y Rubén Fernández (Movistar), Diego Rosa (Astana), todo un ganador del Tour de Romandía, el ruso Zakarin (Katusha) y una maglia rosa del Giro, el canadiense Ryder Hesjedal (Cannondale).
Doble representación española, con Intxausti ilusionado por repetir victoria. El vizcaíno no pudo hacer nada ante el arreón de Zakarin, que se mostró intratable, pero al menos mantuvo el maillot azul de la montaña. Fue un ataque fulminante el del ciclista del Katusha, quien ante la pasividad del resto de componentes de la escapada fue directo hacia la gloria.
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