David Ferrer

"Si con alguien podemos caer en tierra es con Argentina"

  • El quinto jugador del mundo y número dos del equipo español resalta el peligro de sus rivales y amigos en la final

Hay una pregunta en el mundo del tenis -¿quién es la mejor persona entre los jugadores?- que lo incluye casi siempre en la respuesta, porque ocho de cada diez veces el español David Ferrer será uno de los mencionados. Así, no extraña que sea el número 5 del mundo el que con más sensibilidad y precisión describe lo que sucederá a partir del viernes con la Copa Davis, una final como pocas veces se dio, una batalla entre amigos.

"Yo no siento rivalidad con Argentina", explicó Ferrer durante una entrevista antes de dejar Londres, donde llegó a las semifinales del Masters. "A mí me encanta ir a Buenos Aires, y en Mar del Plata, cuando ganamos la final de la Davis en 2008, nos trataron muy bien", añadió.

"Nuestra relación con David (Nalbandian), con (Juan) Mónaco, con (Juan Martín) Del Potro es muy buena, nos llevamos muy bien. Con David y con Mónaco somos muy cercanos, jugamos a la play, pasamos muchas horas juntos. No hay rivalidad, es todo lo contrario, te lo aseguro", insistió el español.

Tan buena es que una parte importante de las disputas entre argentinos y españoles pasan por imitarse el uno al otro. "Ché, boludooo...", dice Ferrer imitando el acento argentino y alargando las palabras. "Esas expresiones te hacen gracia, es una expresión muy de ellos. Y en nuestro caso nos ven y nos dicen enseguida 'joder, macho', que es una expresión muy española". "Nos imitamos mucho mutuamente, la verdad que nos gusta. Yo juego en la play con David (Nalbandian) mucho, lo que pasa es que ha tenido lesiones", añadió.

¿Puede Argentina ganarle a una España que no pierde como local desde hace 12 años? Ferrer es enfático en la respuesta. "Si con alguien puede perder España en tierra batida es con Argentina. Tenemos la baza de Rafa (Nadal), pero llegamos mucho más cansados, ellos tienen dos jugadores que pueden ganar a cualquiera, en tierra batida juegan muy, muy bien".

"Podemos ser un pelín favoritos porque jugamos en casa, pero te aseguro que si perdemos no es un fracaso, porque se puede perder. Se puede jugar bien y perder la eliminatoria", asegura Ferrer, quien dice entender el hecho de que los argentinos se ausentaran del circuito en las últimas semanas para intentar llegar en la mejor forma a la final de un certamen que, tras perder en tres finales, es una obsesión deportiva nacional.

"David no quiso forzar porque, yo lo sé personalmente, la Copa Davis le motiva muchísimo, le llena. Juan Martín también, podría haber forzado en París y jugado el Masters. No lo hizo porque ellos han dado prioridad a la Copa Davis, que sus razones tendrán, es normal". "Yo no, siempre he dicho que para mí es igual de importante el Masters que la Davis, yo represento a mi país cada vez que juego en todo torneo", continuó.

Pero la Davis no es igual a un torneo. El propio Ferrer lo da a entender al confesar un sueño que acaricia a sus 29 años, en la recta final de su carrera: jugar y ganar el último punto, el mismo que hace siete años Carlos Moyà logró en Sevilla para que España conquistara ante Estados Unidos su segundo título.

"Es ese punto que siempre quieres ganar. Si juegas y pierdes has tenido la oportunidad, pero si ganas eres dios. Ojalá se diera, pero si está Rafa para ganar antes no pasaría nada", matiza Ferrer, que no termina de liberarse de su sempiterna modestia. Hasta que se decide y lo hace. "Es algo con lo que todo tenista sueña, y me gustaría tener la oportunidad. Final en casa y quinto punto... Quiero jugarlo, pero cinco minutos antes estás muy tenso, te juegas mucho".

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