Una derrota del CD El Ejido ante la Real Balompédica Linense, e incluso un empate, no hubiese hecho descender automáticamente a los celestes, pero sí que les hubiese dejado prácticamente condenados a esperar un milagro para lograr salvar la categoría. Ese más que preocupante escenario, por el momento, no se está dando. Bien es cierto que el cuadro ejidense, pese a su victoria frente a los gaditanos por 3-2 tampoco es que tenga la salvación en el bolsillo, evidentemente, pero solamente le separan de su objetivo tres puntos a falta de siete jornadas para la conclusión de la competición liguera.

Muy cerca estuvo de mascarse la tragedia en Santo Domingo frente a un Linense que se adelantó en el marcador, siendo un jarro de agua fría sobre una afición que celebraba el 50º aniversario del desaparecido Poli Ejido y que deseaba, como mejor regalo, que su equipo sucesor se reencontrara con el triunfo después de 15 jornadas de sequía que le habían llevado a la zona de descenso. Y vaya si hubo regalo, aunque después de mucho sufrimiento. Cuando peor pintaban las cosas para el CD El Ejido, Manolo Ruiz decidió dar entrada a Álvaro González, que fue el autor de los dos tantos que remontaron el duelo y que allanaron el camino celeste hacia una victoria que se complicó con el empate en la recta final de los albinegros.

Ruiz acertó con el cambio de Álvaro González y el equipo tuvo toda la suerte que no había tenido antes en duelos anteriores

Pero apareció la fortuna, esa que tantas veces había pasado de largo por Santo Domingo y en varios partidos a domicilio de los ejidenses. Llegó la suerte en el momento más crítico de un equipo al que se le alinearon los astros. Primero al acertar Ruiz con el cambio de González, que revolucionó el choque, después con un gol decisivo de Tomás en el 87’, encontrando un acierto muchas veces ausente en duelos anteriores y, por último, dando la mejor alegría posible a una grada en una semana importante para los más nostálgicos.