El club anuncia que el césped se mueve hacia la tribuna

Por medio de un comunicado colgado ayer por la mañana en su página web oficial, el club anunciaba que hay un principio de acuerdo con el Ayuntamiento de Almería para comenzar el próximo lunes las obras de reestructuración del Estadio de los Juegos Mediterráneos.

La idea, planteada por Alfonso García hace varias semanas, parte de la base de que el fútbol se ve excesivamente lejos desde el graderío actual y que con el equipo en Segunda el aforo es desorbitado (23.500 espectadores para una asistencia media que ha superado con poco los 6.000 y 10.500 como pico más alto).

Entonces el presidente y máximo accionista de la entidad rojiblanca propuso reducir su capacidad a 10.000 butacas y mejorar la visibilidad del juego para el espectador. Lo que planteó el empresario murciano es acercar el terreno de juego hasta el graderío de tribuna eliminando la pista de atletismo en esa zona y ubicar supletorias en preferencia y ambos fondos.

La propuesta llegó a alcaldía y a la concejalía de deportes, que sugirió como alternativa en caso de no ascender una solución muy similar, pero sin necesidad de tener que mover el césped para evitar los problemas añadidos del drenaje del campo y todo el sistema de saneamiento. El principal escollo radicaba precisamente en la imposibilidad de eliminar la pista de atletismo en virtud de un convenio firmado con el Consejo Superior de Deportes que recoje su mantenimiento hasta 2019.

Al parecer, las negociaciones mantenidas por el Ayuntamiento con dicho organismo han sido fructíferas y finalmente el club y el consistorio han alcanzado un principio de acuerdo para acometer la medida más drástica; es decir, acercar el terreno de juego a tribuna, sector que seguirá intacto al contar también con la zona de prensa y palcos vip, e instalar supletorias en preferencia y los dos fondos.

El acuerdo está a falta de la rúbrica del pertinente convenio regulador entre las partes y, según ha podido saber este periódico, el Ayuntamiento incluirá una cláusula en el mismo para que, en caso de ascenso o cualquier nueva necesidad, la instalación pueda volver a su aforo originario tal y como está planteada en la actualidad.

Como todo, la decisión tiene aspectos positivos y otros más controvertidos. En el lado bueno, se cumple con una reivindicación histórica de los aficionados, que se quejaban (sobre todo en fondos) de la lejanía del terreno de juego respecto de las gradas.

En el lado malo, hay voces que esgrimen que al decidir meterle la pala al piso en lugar de mantenerlo en su sitio y limitarse a colocar las supletorias alrededor, el recinto quedará descuadrado en función de su diseño arquitectónico original y para devolverlo a su estado anterior habría que acomter nuevas obras y otra inversión. El club se compromete a financiar el 100% de los trabajos.