La defensa, el eslabón perdido

ud almería | cd tenerife

La parcela defensiva aún no está bien engrasada y otorga demasiadas concesiones a los ataques rivales Trujillo y Morcillo aún exhiben falta de coordinación en el centro de la zaga

El pivote defensivo, en este caso Vélez, suele incrustarse entre los centrales para dar más opciones en la salida de balón.
El pivote defensivo, en este caso Vélez, suele incrustarse entre los centrales para dar más opciones en la salida de balón.

19 de septiembre 2016 - 05:02

Más allá de individuales particulares que puedan ganar partidos puntuales, lo que hace a un equipo hacer un buen papel en una temporada completa es que funcione como un sistema. Que todas sus piezas estén bien integradas y que ninguna se separe. Una buena versión global asegura que los fallos se minimicen y que las concesiones al equipo contrario se cuenten con los dedos. Como es lógico, esto necesita de un tiempo de adaptación y de mucho trabajo detrás cada día.

Si algo está desentonando en la UD Almería en estos primeros compases de temporada está siendo la defensa. Aunque es un apartado que corresponde a los once jugadores que estén sobre el verde, el mal rendimiento del equipo hace que se mire directamente a los que están más cercanos a la portería propia. Dejando a un lado el rendimiento de los laterales, donde Nano está dando una versión mucho más aseada que la de Ximo Navarro, los centrales están teniendo muchas dificultades para hacer bien su labor sobre el campo. Una función que se ciñe a dejar la portería a cero, también entra en escena aquí el portero, y ser los primeros protagonistas en la salida de balón del equipo.

En el encuentro ante el CD Tenerife los dos centrales volvieron a dar una versión que da poco beneficio al conjunto unionista. Como ocurriera ya ante el Rayo Vallecano hace dos jornadas, los delanteros rivales le cogen con suma facilidad la espalda, con el agravante de los fallos que hubo ayer en la salida de balón del equipo. Unos errores que como reconocieron los protagonistas instauraron un nerviosismo que no ayuda en estos casos. Soriano implantó un sistema 'guardiolesco' que poco se adapta a las características de los dos jugadores que ocupan el centro de la zaga, especialmente a Ángel Trujillo.

El principal problema que arrastra este duo es la falta de coordinación entre ambos para dificultar los ataques rivales. Están dejando mucho espacio en el área propia entre ambos y ello es aprovechado por los entrenadores para colocar un delantero que ocupe esas lagunas. Sin ir más lejos, si Lozano hubiera estado acertado de cara a puerta más de un disgusto hubiera dado.

Ocurre en el conjunto unionista un fenómeno extraño y es que hasta el momento no hay un bastión defensivo en la zaga. Esa figura debería ser ocupada por Morcillo, pero mientras esa jerarquía es tomada por el valenciano o no el equipo de Soriano aún sigue dejándose puntos por el camino.

No obstante, aunque el problema es preocupante, aún queda toda una Liga para arreglar el desaguisado. Por suerte, queda tiempo para recuperar el eslabón perdido.

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