UD Almería | El acta de Vivancos

Detalles de la campaña de abonos

  • El aficionado rojiblanco merece que se le razonen los cambios, sea por tener que trabajar durante la temporada en los terrenos que ocupaban las gradas supletorias o sea por cualquier otra circunstancia

  • Un punto a favor de la campaña de abonos proviene de la posibilidad de financiar el pago, opción realmente necesaria en los tiempos que corren

  • El crecimiento sostenible de Turki

La grada del Power Horse Stadium poblada de aficionados rojiblancos durante un partido de la última temporada.

La grada del Power Horse Stadium poblada de aficionados rojiblancos durante un partido de la última temporada. / Javier Alonso (Almería)

Con la confirmación de Vicente Moreno como nuevo técnico rojiblanco y las despedidas en modo digital de Rubi, Portillo y De la Hoz, una vez extinguidos sus contratos, comienza la cuenta atrás para el pistoletazo de salida de la competición en la máxima categoría. La verdad es que cada vez se disputa antes la primera jornada, tal y como sucede en las diferentes ligas europeas, sin tener en cuenta el clima reinante en España, pero bien es cierto que la globalización también llegó al fútbol.

Atrás quedaron aquellos maravillosos torneos veraniegos cuyo caché rozaba en algún caso al de un título oficial, pero las mismas competiciones europeas previas se han convertido en un acicate más para que aquel romanticismo veraniego se vaya desgraciadamente al traste. Por si no había suficiente, casi todo ya se presenta de forma digital y sin previo aviso, como la nueva campaña de abonos de la UDA. Las redes cumplen una función primordial en estos tiempos, pero de ahí a deshumanizar la propia existencia, el contacto medio cercano, hay un trecho.

No solo el club de Turki ha caído en esta dinámica tan fría, sino que la sociedad al completo lo ha hecho, aunque eso no exime a nadie de imitar lo malo. Una rueda de prensa para presentar la campaña, y explicando con detalle los motivos de la vuelta a los asientos originales de fondo del estadio, no habría venido nada mal. La gente en esta nueva y extraña sociedad, y en concreto el aficionado rojiblanco, merece que se le razonen los cambios, sea por tener que trabajar durante la temporada en los terrenos que ocupaban las gradas supletorias por aquello de los preparativos de la segunda fase, o sea por cualquier otra circunstancia.

Incluso ese ridículo incremento de los abonos quizá también merecía una explicación in situ. No digo que no tenga razón de ser dicho aumento, pero solo pido sensibilidad y acercamiento de viva voz. La gran mayoría de seguidores y sobre todo abonados, entre los que como cada año me encuentro, están con el proyecto de Turki, precisamente un servidor repite y reitera su ilusión de cara al futuro inmediato del club que preside el mandatario saudí, pero cuando las cosas no se hacen correctamente hay que decirlo, porque yo me crié con aquellos lemas de José María García de transparencia e independencia.

Sin embargo, un punto a favor de la campaña de abonos proviene de la posibilidad de financiar el pago, opción realmente necesaria en los tiempos que corren. Por cierto, ya que se vuelve a los fondos originales, se podrían colocar, si fuera posible, gradas supletorias en dichos fondos, como se hizo en el año inaugural de la UDA en Primera y como se ha hecho precisamente durante la última campaña en preferencia. No sólo se ampliaría el aforo, sino que se ganaría visibilidad en esa zona que está más alejada del campo, aunque la tribuna, el sector más caro con demasiada diferencia monetaria con respecto al resto, también está bastante alejado del césped. A partir de ahora tan sólo cabe esperar que se supere con creces la última cifra de abonados, previa a la ansiada segunda fase del Power Horse, deseando que en ese instante esté el club más que consolidado en Primera.

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