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Un funeral sin muerto (1-2)

  • Cuando vio que se abrieron las puertas de Segunda, el Almería resurgió de sus cenizas y por primera vez remontó un partido. Todos los futbolistas regalaron sus camisetas a la afición desplazada

Verse en los confines de la clasificación provoca una sensación de miedo e inseguridad que atenaza las piernas de cualquiera. Para combatir esto, Oltra echó mano del respeto y reforzó su centro del campo ante un Hércules que no marchaba mucho mejor que el Almería. El técnico, que ayer cumplió su segundo y último partido de sanción, quiso juntar a su equipo, evitar un combate a los puntos. Así, cambió la verticalidad y el desborde de un Piatti lesionado por la contención de Vargas.

A los rojiblancos no les importó cederle la posesión a su rival. El Almería quería presionar la salida del Hércules, pero cuando Farinós recibía y se daba la vuelta, los locales se acercaban con peligro, sobre todo con Tote y Cristian, muy activos entre líneas, a la meta de Alves. Pese al dique de contención que quiso formar Oltra, los herculinos siempre encontraban huecos. Además, ganaban todos los balones por alto y por si eso era poco, las siempre peligrosas cesiones de Carlos García provocaban más canguelo.

Después de varios acercamientos locales, más peligrosos por las facilidades dadas que por tratarse de buenas jugadas, el Almería dispuso de la ocasión más clara a los 33 minutos. Uche, que por fin corrió a por un balón, se lo ganó a Pulhac, aunque a Silva le faltó convicción para rematar de cabeza. El esférico cayó a los pies de Luna, convertido en extremo, que regateó y se lo puso en bandeja a Vargas. Sin embargo, el colombiano remató sin fe y al muñeco. Las cosas del fútbol: sin hacer nada en ataque, el Almería pudo irse en ventaja al descanso, pero tuvo un fallo de esos que se pagan.

La segunda parte empezó de la peor forma posible. Uche no suele aparecer, pero cuando lo hace no es para nada bueno. Al nigeriano no le apeteció pasársela a Crusat, la robó Abraham Paz y Tote montó una contra muy peligrosa que acabó con una falta muy dudosa de Bernardello. Como en este equipo no hay quien sepa defender un balón parado, el propio central herculino remató solo para hacer el 1-0 e indicarle al Almería por dónde se va a Segunda, por el camino de los fallos garrafales y la falta de compromiso.

Tras el gol, el Hércules dio un paso atrás y al Almería no le quedó otra que volcarse. A partir de ahí, los rojiblancos fueron dueños y señores del encuentro. Además, Oltra metió en el césped a Feghouli y Goitom para buscar con más ahínco la meta de Calatayud. Poco antes de la salida del sueco, Crusat le ganó por primera vez la espalda a Cortés y le puso el pase de la muerte a Feghouli para hacer el 1-1 en el 69'. La misma que falló Uche ante el Racing, el argelino sí que la aprovechó.

El empate resurgió de sus cenizas a los de Oltra y, a diferencia de otras ocasiones, esta vez sí que aprovecharon el rebufo para levantar por primera vez un marcador en contra. Goitom repitió la jugada de Crusat y puso un balón alto para quien entrase desde la segunda línea. Ahí apareció M'bami, rudo y hosco casi siempre, que ayer tiró de la sutileza para conectar una volea al palo largo de Calatayud y hacer el 1-2 en el 72'.

Oltra, que había acertado con los cambios, volvió a meter a Juanito como en Málaga y no fue a sentenciar a un Hércules muerto y silbado. Sin embargo, esta vez la jugada salió bien y el Almería se resiste a dejar la Primera División, no sin antes luchar. Tres puntos vitales y primera remontada en Liga. Más vale tarde que nunca.

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