La lesión de Gregorio en Getafe
Había transcurrido sólo media hora del partido Getafe-Almería, un encuentro que desde el principio se había presentado duro y brusco. Gregorio recibió un balón en la banda izquierda y, quizá previendo una fea entrada de su marcador, se giró con rapidez. Bastantes años después, le comentó a quien esto escribe en una entrevista: "Al girar, noté que me había roto. La rodilla me crujió, caí redondo al pésimo césped de 'Las Margaritas' y supe que ya no me levantaba". Y así fue.
El pundonoroso delantero almeriense fue examinado en Madrid por el médico de la FEF, doctor Ramos, quien dictaminó que tenía 'rotura de los ligamentos de la rodilla izquierda y el menisco desprendido'. En principio se procuró evitar la operación pero finalmente fue necesario realizarla. En Getafe acabó la carrera futbolística en la élite del bravo jugador granadino que triunfó en la AD Almería en tres categorías: Tercera, Segunda B y Segunda A.
Ya no jugó mas el resto de aquella temporada del ascenso a Primera, donde no llegó a debutar por la inoportuna lesión citada. Tras un año en blanco, volvió a jugar en el Cartagena y algún otro equipo de la zona pero ya no era el mismo ni lo mismo. Colgó las botas y se quedó a vivir en Almería. Dos importantes pérdidas sufrió la AD en aquella visita Getafe del 22 de abril de 1979: el partido (última derrota del equipo antes de ocho victorias consecutivas que le catapultaron a Primera) y al delantero Gregorio Fernández Mollejo, hombre que se ganaba el sueldo cada tarde que vestía la elástica rojiblanca, fajándose con durísimos defensas 'de los de entonces' cuando no había cámaras de TV en los campos y los defensas eran, en ocasiones, auténticas máquinas de dar patadas. Tenían un dicho: 'Pasará el balón, pero el tío no pasa'.
Se disputaba la 30ª jornada de Liga de Segunda División. Como decimos, la AD se desplazaba a Getafe, al campo de 'Las Margaritas', pequeño, casi sin césped y con la afición presionando muy encima. Maguregui alineó a: César; Paniagua, Piñero, Óscar López, Maxi; Zunzunegui, Garay, Martínez; Rojas (Abarca 60'), Rolón y Gregorio (Jeromo 31'). Por el Getafe jugaron: Vidal; Valle, Salmerón, Cruz, Laguna; Alonso, Polo (Alonso 90'), Carmelín; Martínez, Pepe Juan y Galán (Pepín 40').
El partido fue feo, bronco, duro, casi violento en ocasiones. El árbitro, Medina Prego, novel en la categoría, no supo cortar a tiempo el juego brusco y se le fue de las manos. En el descanso no había mostrado ninguna tarjeta amarilla, a pesar de que aquello era una batalla campal. Debió hacer examen de conciencia en el vestuario, ya que en la reanudación mostró cuatro al Almería y cinco al Getafe; pero ya era tarde.
El gol getafense lo marcó el prometedor delantero (que luego se perdió) Pepe Juan al rematar raso un pase del extremo Galán. Era el minuto 35 y el marcador ya no se movió. En zona mixta, el delegado de la AD, José Lillo, declaró: "Fue imposible hacer fútbol. Algunos jugadores pensaban que aquello era un combate de boxeo".
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