Lucas Alcaraz estaba que trinaba al acabar el encuentro. Durante unos minutos, antes de subir a la sala de prensa que en la Ciudad Deportiva está enfrente del Mini Estadi [en lo que es la residencia de jugadores], charló acaloradamente con su cuerpo técnico. No era para menos. Sus futbolistas, que tardaron en ganar la bocana de vestuarios protestándole al colegiado el penalti, tenían la misma sensación que el granadino.

Aún así, Alcaraz estuvo comedido y lanzó dardos, no una rajada. "No sé si es penalti, no lo sé. Desde donde estaba no lo podía ver. Lo que sí que es cierto es que el árbitro en los últimos minutos ya era tendente a pitar todo en nuestra contra", apuntó con un claro tono crítico, justo antes demirarse también el ombligo: "Pero no teníamos necesidad de hacerlo. Ha sido un penalti de la nada porque no era un momento de máximo peligro".

El entrenador rojiblanco reconoció que la victoria estuvo en su mano y que no hacía falta jugarse el todo por el todo en los últimos minutos. "Con el 0-1 hemos fallado cinco ocasiones muy claras y con el 1-1 tres. Hemos llevado el partido bien y me lamento de un penalti tan innecesario. No nos han remontado por la tendencia del juego", sino por haber tenido una efectividad mucho mayor que el conjunto almeriense: "Sólo nos ha faltado hacer el segundo gol. Si en el arranque de la segunda mitad no aciertas en el mano a mano y en el primer tiempo también fallas, sabes que te ha faltado meter lo que has generado".

Alcaraz no cree que las muchas ocasiones que desperdicia el equipo sean una lacra para afrontar los últimos minutos más tranquilos. "Hoy [por ayer] sí que ha ocurrido, pero en partidos anteriores no. Hay partido de todos los tipos. Precisamente con este árbitro hemos ganado varias veces por 1-0 y hoy parece que no quería que la historia se repitiera. Con este campo y este rival, evidentemente si fallas te puede ocurrir lo de hoy", sentenció.