El maltrecho pie de Pau Gasol

Fascitis plantar. El ala-pívot de los Lakers se produjo la lesión en un encuentro ante los Brooklyn Nets y suele aparecer debido a los impactos sobre los pies kilómetro tras kilómetro

Pau Gasol se retuerce tras caer lesionado el pasado martes en el duelo ante los Brooklyn Nets.

11 de febrero 2013 - 05:02

UNA lesión en el pie derecho, en una jugada con Brook López, provocó que Pau Gasol tuviese que abandonar entre gestos de dolor y en muletas el partido que sus Lakers ganaron 83-92 a los Nets en Brooklyn. Según refirió el jugador catalán, notó un chasquido cuando caía después de saltar, que le provocó gran dolor e incapacidad para continuar, si quiera, caminando. "Estoy preocupado. En mi carrera nunca he notado nada igual".

En el posterior parte médico tras la realización de una resonancia magnética, afirmaba que el período de recuperación de dicha lesión rondaría los dos meses. Ese pie ya había dado avisos con anterioridad. Gasol había permanecido lesionado y apartado del equipo hacía unas semanas, ya que manifestaba molestias y dolor al correr. El motivo, fascitis plantar.

Incidencia

Es una de las lesiones más habituales en el deportista debido a la repetición de impactos sobre los pies, durante kilómetros y kilómetros. Además de los impactos, otros factores que influyen en la alteración de la función y el desarrollo de la enfermedad son el peso, la altura, la edad o tener una pierna mas corta que otra. Sin embargo, el factor que parece influir de manera dominante en el deportista es el tipo de pisada.

Una pisada inadecuada favorece y aumenta los microtraumatismos de repetición sobre la fascia plantar, provocando inflamaciones repetidas. A largo plazo estos procesos inflamatorios se traducen en un deterioro del colágeno de la fascia y no una inflamación, por lo que en los últimos años estamos cambiando la terminología de fascitis (inflamación) por fasciosis (degeneración) y, a su vez, la manera de enfocar el tratamiento, ya que hemos pasado de actuar con antiinflamatorios a utilizar terapias regenerativas.

Clínica

La fascia plantar es una estructura acintada formada por tejido colágeno que se localiza en la planta del pie y que se expande, a modo de abanico, desde el hueso del talón o calcáneo, hasta la región anterior del pie. Su misión es la de amortiguar los impactos y dar soporte al pie cuando caminamos, corremos o saltamos. El paciente refiere dolor en la parte interna del talón que empeora, llegando a provocar cojera, al levantarse de la cama o tras permanecer un tiempo sentado, y que se alivia trascurridos unos pasos. Conforme progresa la enfermedad también se aprecia un empeoramiento nocturno.

La palpación del origen de la fascia plantar en la zona medial del talón es dolorosa, pudiendo identificarse, perfectamente, el punto doloroso a punta de dedo. El dolor puede irradiarse hacia la zona anterior del pie, siguiendo el arco plantar interno.

Si hacemos deporte, el dolor irá disminuyendo conforme la fascia se va "calentando", pudiendo llegar a pasar desapercibido o convertirse en una molestia tolerable. Sin embargo, cuando, una vez acabado el ejercicio, el pie se enfría, el paciente nota un importante dolor en la parte posterior del arco del pie que puede llegar a provocar cojera y que puede durar dos o tres días. En los casos más graves los pacientes no pueden hacer ejercicio porque el dolor se lo impide.

Pruebas diagnósticas

En el estudio con Rx a veces se aprecia una calcificación del tubérculo posterointerno del calcáneo o hueso del talón, debido a las tracciones repetidas de la fascia plantar; es lo que se denomina espolón calcáneo. El espolón no es la enfermedad, es el resultado final de una fascia y una musculatura corta plantar sobrecargada durante meses o años. Podemos ver si el pie es cavo (con mucho puente), lo que puede aumentar las tensiones sobre la fascia plantar o plano (sin puente).

Es recomendable completar el estudio de la fascia plantar con imágenes de ecografía o resonancia magnética. Estas pruebas son obligatorias en caso de dolor brusco o de gran inflamación o impotencia funcional, para descartar una rotura aguda de la fascia. En este último caso, el paciente nota un "pinchazo" o dolor brusco en la región donde acaba el arco del pie, pudiendo apreciarse un hematoma al cabo de varios días. Estas pruebas nos permitirán también hacer un diagnóstico diferencial con otras lesiones asociadas que ensombrezcan el pronóstico, como artrosis en las articulaciones del retropie, atrofia grasa calcánea, síndrome del canal tarsiano u otras causas que alteren la biomecánica de nuestros deportistas.

Tratamiento

Aunque creemos que, cuando se manifiesta la clínica el problema ya es crónico, en las fases de reagudización pueden estar indicadas medidas antiinflamatorias (hielo, fármacos), reposo y fisioterapia convencional (estiramientos, electroterapia, masaje…), pero el tratamiento final ha de ir orientado a corregir el origen del problema y regenerar los tejidos dañados.

En el caso del corredor es fundamental identificar si el origen de la lesión es el tipo de pisada, para lo que se tendrá que realizar un estudio biomecánico de la pisada y confección de un soporte plantar.

Una vez corregida la causa primaria, la alteración de la pisada, abordaremos la reparación y regeneración del colágeno de la fascia.

Las técnicas para regenerar este tejido son varias y su aplicación dependerá del tiempo de evolución, la gravedad de la lesión y las características del paciente.

Como el problema final es una degeneración del tejido colágeno, de la estructura de la fascia, solemos orientar nuestro tratamiento en dos vertientes, a veces simultáneas, la limpieza del tejido dañado y su regeneración posterior. Entre ellas, las más utilizadas son la electrolisis percutánea intratisular (EPI), el plasma rico en factores de crecimiento (PRFC).

El tratamiento quirúrgico consiste en desinsertar parcialmente la fascia plantar del calcáneo, algo que ya ha hecho de forma espontánea Gasol con la rotura que ha sufrido.

El tejido que se encontraba dañado de forma crónica, debido a las sobrecargas, hasta que se ha cedido, provocando la rotura, que es la sensación de crujido que notó el jugador. De forma involuntaria, Gasol se ha operado él mismo. Eso acortará los plazos de la recuperación.

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