Otra mañana apoteósica

Sin menospreciar para nada a los rivales, la única duda en las mañanas dominicales en el Juan Rojas es cuántos goles marcará el filial. Cuando un equipo gana 4-0 a los diez minutos de la reanudación, la única preocupación del rival es no llevarse un saco de goles. Pero otra de las virtudes de los rojiblancos es que jamás se ensañan con el rival y aprovechan para recrearse en un juego preciosista que deleita a los espectadores.

Mérito añadido supuso el hecho de que el Arenas llevaba once jornadas sin perder. Desde su triunfo en Vera esta Navidad, había ido escalando posiciones hasta situarse en la zona tranquila de la tabla, ganándole incluso al Motril y Estepona. Pero el Almería B está imparable y el rival sólo le aguanta media hora. Además, los de Armilla atraviesan una delicada situación económica, lo que les obligó a viajar en sus coches particulares, con lo que ello supone de cansancio.

En lo meramente deportivo, el partido fue de guante blanco. Tras unos minutos de tanteo, los locales se hicieron con el dominio total del partido, con un Galán soberbio ejerciendo de 'cerebro', un Kike sobresaliente al que sólo le faltó marcar algún gol y Baby y Prieto que sembraban en terror en el área arenera cada vez que aparecían por ella. De la defensa, poco podemos decir, ya que apenas tuvo trabajo. Y no nos olvidemos de la dirección técnica de Juan Carlos Ríos, siempre en la sombra. En resumen, otra mañana apoteósica.