Hípica

Mario Muñoz, un pura sangre ejidense en Holanda

  • El joven jinete Mario Muñoz se marcha a Utrecht, con el prestigioso criador de caballos Egbert Schep

Mario, en plena competición en Granada.

Mario, en plena competición en Granada.

Cuando uno con veintidos años triunfa, es que en la vida le depara un futuro a corto plazo prometedor. Y si encima su profesión es su pasión, el éxito está al alcance de su mano. Eso sí, el trabajo diario es el que va a decantar la balanza hacia el triunfo o el fracaso. Mario Muñoz lo sabe y lo lleva demostrando desde que a los quince años se marchara a Alemania, a la cuadra Hof Immenkuhl bajo la dirección del jinete germano Steffen Engfer.

Mario es un pura sangre ejidense, pero va a lomos de su caballo por los mejores criadores europeos, mientras compagina estudios con formación hípica. Club Hípico de Almería, Lanzarote, Barcelona, Cantabria, Alemania nuevamente, ahora bajo la tutela del jinete finlandés Mikko Mänentausta en las instalaciones Reitsportzentrum Bremervörde hasta que en 2021 se hace cargo de la dirección técnica deportiva del Centro Hípico Orea en Ciudad Real, donde se realiza como profesor del equipo de competición.

“Desde que tengo uso de razón mi pasión son los animales, y en especial los caballos. Con seis años empecé a dar clases de equitación en Lanzarote y al regresar a Almerimar lo primero que hizo mi madre fue apuntarme a clases de equitación en el Club Hípico de Almería, con Elena Barrionuevo Páez. Ella me inició en la disciplina de salto de obstáculos, y empecé a participar en concursos por media España (Murcia, Málaga, Granada, Sevilla, Cádiz, Madrid, Segovia, Toledo...), y sobre todo el Concurso Nacional de Saltos de Almería, que se celebraba en agosto en plena Feria”, recuerda desde Holanda este joven jinete ejidense.

Desde Holanda porque este 2022 ha traído una oportunidad inmejorable para Mario. “Tras varias ofertas en el país de los tulipanes, me decidí por iniciar un nuevo proyecto, a principios de año, bajo la dirección de Egbert Schep, prestigioso criador de caballos de deporte, especializados en la cría de KWPN (Royal Dutch de Holanda), para montar, y competir sus caballos, en sus instalaciones Stal Schep, a las afueras de la ciudad holandesa de Utrecht”, un salto grande, como los que daba a lomos de su caballo en los momentos más duros de cualquier competición para lograr el oro.

Un mes lleva el ejidense entre tulipanes y la ilusión se le nota en cada una de sus respuestas. Poco tiene que ver España con Holanda, pero al final se trata de dominar al caballo, de una fusión jinete-equino para sacarle el mejor provecho en las competiciones venideras. “Pese a la tradición ecuestre española, en la disciplina de salto los países centroeuropeos nos sacan la delantera, pese al esfuerzo de varias yeguadas que apuestan por el CDE (caballo de deporte español). La raza en los últimos años está logrando estupendos resultados”.

En pleno entrenamiento en Utrecht. En pleno entrenamiento en Utrecht.

En pleno entrenamiento en Utrecht.

A Utrecht, Mario no se ha ido solo. Su pareja, la amazona cántabra Elena Ruiz también está montando en una cuadra cercana, lo que le hace más llevadero el trabajo diario. La adaptación, así, ha sido mucho más cómoda, ya que ambos comparten la misma pasión: el salto hípico. “Hasta el momento me va muy bien con los caballos que monto y poco a poco voy conociendo mejor la raza KWPN, una de las más prestigiosas en la competición de salto. Espero lograr los mejores resultados en nuestro calendario de competiciones”, apunta el ejidense que, pese a que está empezando en esto del deporte profesional, ya tiene una buena historia que contar: “Estoy muy orgulloso de haber conseguido mi sueño, dedicarme a la hípica, aunque no ha sido fácil estar separado de mi familia”, sentencia mientras mima a su caballo para el entrenamiento de mañana.

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