La práctica del 'bubble football' se abre camino en tierras almerienses

Diversos estudios han demostrado que reírse es beneficioso para la salud. Una carcajada reduce las hormonas del estrés, estimula al sistema inmune, potencia el estado de alarma y aumenta el ritmo cardíaco y los niveles de endorfinas (el anestésico natural del cuerpo). De ahí que los médicos recomienden tanto reírse a lo largo del día como un rato de deporte. Ahora ambos ejercicios pueden aunarse con el bubble football, una modalidad nueva del fútbol que irá en aumento.

Se trata de jugar al fútbol sala o fútbol 7 recubierto de una burbuja inflable transparente, llamada bumperz, desde la cabeza hasta las rodillas. El objetivo es, naturalmente, meter más goles que el rival, aunque aquí se puede rodar y chocar con el contrario, protegido por la burbuja y con la seguridad de no sufrir ningún daño.

El bubble football ya está en Almería. "Estaba viendo unas imágenes de un partidillo de la modalidad en el extranjero y se me encendió la luz. Pensé que podría ser algo novedoso. Empecé a buscar información por internet y vi que en España apenas hay empresas que se dediquen a esto, por lo que me aventuré. Seguí buscando para ver quién me podía proporcionar el material, lo cual no ha sido nada fácil. Las burbujas me llegaron hace dos semanas después de tres meses investigando", cuenta el empresario almeriense Luis Sánchez, que ya ha empezado a organizar partidos.

Con el nombre de FootBubble(fútbol burbuja, en castellano), el almeriense ha creado una web (footbubble.es) y cuentas en redes sociales para organizar partidillos. La empresa se encarga de alquilar el campo (fútbol artificial en el Rafael Andújar de El Zapillo y en el Club Hípico, y fútbol sala en el Centro Deportivo de Pechina y en el Pabellón de El Toyo). También se desplaza a restaurantes para celebrar cumpleaños, despedidas de soltero/a o cualquier otro evento, donde monta una carpa para jugar partidillos tres para tres. La edad para jugar es a partir de 14 años (o más de 1'55 m), ya que con menos, el jugador no se adapta bien a la burbuja. Por su parte, el precio (incluye la hora de juego, el bumperz, rodilleras y monitores) va desde los 10 hasta los 12 euros, dependiendo del número de jugadores y de la superficie donde se juegue.

"El bubble football está conociéndose. La gente me pregunta inocentemente si las burbujas son para hacer algo en la piscina, aunque, con las redes sociales y la web, lo estamos dando a conocer. Además, estamos llegando a acuerdos con instalaciones para beneficiarnos ambas partes. Los jugadores se lo pasan bien, y es que apenas se hacen daño. Con esto intentamos que la gente haga deporte y se divierta echándose unas risas", cuenta Luis Sánchez. Sin duda, se trata de una hora de deporte en la que las carcajadas siempre están presentes, eso que tanto recomiendan los médicos para una buena salud.