"Las redes sociales son un disfraz, en la calle nadie me dice nada"

Esteban se defiende de que haya gente que quisiera jubilarlo prematuramente por los errores ante Barça B y Sabadell

Esteban realiza un ejercicio de salto ante la atenta mirada de uno de sus hijos y de Diego García.
Paco Gregorio / Almería

20 de septiembre 2012 - 05:02

-¿Qué le parece el debate alentado en las redes sociales acerca de su titularidad?

-Por la calle a mí nadie me ha dicho nada y las redes sociales las veo como un disfraz. Conozco a personas que tienen dos perfiles, el bueno y el malo. En uno hablan bien y en otro mal... Como decía el portero del Valladolid [Jaime], estamos expuestos a eso, por eso es tan bonito ser portero y tan diferente. Somos los culpables de todo y favorables en nada, es la realidad.

-¿Lamenta que nadie llore por los porteros?

-El portero es uno más del equipo y los goles los encaja la UD Almería, donde hay mucha gente. Siempre se dirigen las miradas hacia atrás, pero no pasa nada. En Sabadell podría haber sido muy egoísta, no haber salido a un balón que sabía no iba a llegar, pero intenté quitárselo a Aníbal. Si me quedo bajo palos y es gol no hubiera pasado nada, y por salvar mi culo estropeo el del equipo. Considero más importante ayudar al equipo que no mirar por mí mismo. También es egoísta no reconocer cuando fallas, por eso cuando llevas años y tienes un respeto lo ganas por no esconderte y estar a las duras y las maduras.

-¿Se ha visto en el ojo del huracán?

-Mi obligación es ayudar al equipo; cuando sale bien, bien, y cuando no, es normal que la gente diga cosas. Se lo dicen a Casillas y Valdés, que en teoría son los dos mejores porteros del mundo, cómo no se lo van a decir a Esteban, que tiene 37 años y lleva aquí cinco. Por la calle nadie me ha dicho nada, en las redes sociales hay dimes y diretes. Aquí estoy, si fallo, fallo, y por fortuna ninguno de mis errores ha costado puntos. Deloufeu se fue contento porque nos metió tres goles y yo feliz porque mi equipo ganó.

-¿Han aprendido la lección de Sabadell?

-Sabadell fue un partido y ahora toca un rival distinto. En la pizarra todos ganamos, pero si están más espabilados y cometemos un error... Eso es fútbol. El Guadalajara tuvo una y no la metió, luego se fue con 0-2 al descanso. La Ponferradina aprieta en su casa, pero si estamos al 100% tenemos mucha calidad para ganar el partido.

-Como miembro de la terna de capitanes, ¿le ha dado algún consejo a Marcelo Silva?

-Tiene fortuna de estar en un vestuario en el que casi todos nos llevamos bien, con amistad. Cada uno es distinto y no sé en quien se refleja Marcelo, pero el fútbol hay que tomárselo como la vida, intentando disfrutarlo y luego jugar o no jugar lo decide el entrenador. Espero que aproveche que está en un buen vestuario porque esto es una noria constante y a mí, por ejemplo, me querían jubilar por dos partidos. Hay que saber convivir con eso.

-¿No nota al charrúa algo 'tristón' últimamente?

-No lo he visto muy triste, pero ha estado más de una semana sin entrenar con nosotros, ahora está recuperado y tendrá un motivo para estar más contento. Luego llegarán las convocatorias...

-¿Qué espera en El Toralín?

-Imagino que no será raro ni tendrá nada especial, quizá gradas cercanas, que es lo que aquí demandamos y allí lo tienen. Irá gente en buen número y con eso tenemos que jugar porque para estar arriba hay que saber sobreponerse a cualquier tipo de problema, aunque creo que el césped está bien.

-¿La Ponferradina es para usted un rival inédito?

-No recuerdo haber visitado ese campo, pero parece similar al del Numancia y con Claudio [Barragán] intentan jugar al fútbol. Vamos en buena época climatológica y el campo no estará helado, la ventaja es que su césped no estará peor que el nuestro. Esa ventaja ya la tenemos.

-¿Con qué se queda de este arranque de temporada?

-Me quedo con los doce puntos, podríamos haber ganado uno más y tener quince como el Elche, pero el inicio ha sido muy bueno y estando así llegaremos al final con opciones. A ver si el domingo hablamos de seis partidos y cinco victorias. Si el Almería sube, no suben catorce, sino todos. A mí me da felicidad que el equipo gane porque soy de equipo. Prefiero que los elogios se los lleven otros, pero sí que a uno le gusta que le reconozcan su trabajo.

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