Más que reincidente

La imagen del portugués Cristiano Ronaldo expulsado por golpear a un rival y su salida del campo, provocando a la afición del Córdoba limpiando el escudo de campeón del mundo de su camiseta, retrató a un Real Madrid desquiciado y sin rumbo en el juego. A la espera de la decisión del Comité de Competición, el delantero luso acumula un historial de expulsiones que lo convierten en algo más que reincidente.

La primera vez que Cristiano fue expulsado con el madrid fue en diciembre de 2009 ante el Almería. Vio la segunda amarilla por dar una patada a Juanma Ortíz tras una falta del jugador visitante, y la acción le costó la segunda amarilla y la consiguiente expulsión. Estrada Fernández recogió en el acta que fue por "derribar a un contrario sin estar el balón a distancia de ser jugado", y Cristiano cumplió un partido de sanción.

El primer choque como jugador blanco que tuvo que abandonar por roja directa fue el 24 de enero de 2010, también en el Bernabéu, y en esta ocasión por propinar un codazo en el rostro de Mtiliga en la disputa de una jugada. Pérez Lasa recogió en el acta que Cristiano fue expulsado por "golpear con el brazo en la cara a un jugador contrario provocándole una hemorragia nasal, teniendo que ser sustituido". Esta acción le costó dos partidos de sanción ya que Competición no lo consideró agresión.

Una tercera expulsión tuvo lugar en la final de la Copa del Rey que el Atlético le gano al Madrid en el Bernabéu. Corría el minuto 113 cuando el luso se revolvió desde el suelo propinando un golpe con su pie en el rostro de Gabi, que provocó que Mateu Lahoz le mostrase la cartulina roja directa. De nuevo, la expulsión la pagó con un único partido de suspensión que se vio obligado a cumplir en Copa.

La penúltima fue hace casi un año, en San Mamés. Tras un rifirrafe con Gurpegui, Cristiano dio un manotazo a Iturraspe, fue expulsado por Ayza Gámez y cuando abandonó el campo "se golpeó varias veces con la palma de la mano en la cara, dirigiéndose al cuarto árbitro", tal y como recogió el acta. Tres partidos fueron los que Competición le impuso a Cristiano, una sanción que también fue ratificada por Apelación.

La quinta y última expulsión de Cristiano como madridista fue la de Córdoba. El portugués vio la roja directa por una agresión a Edimar que Hernández Hernández recogió como "patada a un adversario sin la disputa del balón". La puntilla la dio al abandonar el césped tras ser expulsado, limpiándose el escudo de campeón del mundo como reacción a los abucheos de la grada.

Pese a todo, le vendrá bien el descanso al portugués. Acabó el año sin chispa y en el inicio de 2015, pese a sus goles, no ha mejorado su forma física. Podrá descansar ahora y entrenarse para recuperar su mejor versión.