El empate ante el Granada tras dejar escapar un 3-0 al descanso ha provocado un nuevo bajón en la afición de la UD Almería, que ya se aferra a un clavo ardiendo para mantener las aspiraciones de permanencia tras el desastroso arranque de competición que está protagonizando el equipo. Tres puntos sumados de veinticuatro posibles no es la mejor carta de presentación, con once dianas a favor y lo más descorazonador, veintiuna en contra.
El dato para la esperanza es que hace ahora justo una década la UDA estuvo en una tesitura muy similar y logró salir airosa de la difícil empresa. Hay que trasladarse a la campaña 2013-2014, la del estreno en el segundo regreso a Primera División. Javi Gracia había logrado aquel ascenso con Charles como pichichi, pero en verano se fue el brasileño y Alfonso García no se entendió con el técnico, por lo que puso al frente del banquillo a un hombre de la casa, Francisco Rodríguez Vílchez, que pasaba del filial de Segunda B a asumir el reto de dirigir en Primera.
Sin experiencia como entrenador en la máxima categoría, al almeriense le costó arrancar con aquella plantilla, que tuvo como once tipo el formado por Esteban, Rafita, Dubarbier, Trujillo, Torsiglieri, Verza, Suso, Soriano, Azeez, Aleix Vidal y Rodri. Llegados a la octava jornada de competición, como en la actualidad, esa formación tan solo había conseguido sumar tres puntos, resultantes de igualadas ante Getafe, Elche y Levante, habiendo sumado once dianas y encajado diecinueve (balance de -8).

Francisco logró la permanencia con una situación idéntica a la actual
Todavía estuvo dos jornadas más sin ganar, pero contra todo pronóstico Alfonso García mantuvo su arriesgada apuesta por Francisco y el equipo empezó a dar señales de recuperación con la visita a Mestalla de la undécima jornada. Una inesperada remontada ante el Valencia con goles de Torsiglieri y Aleix Vidal sirvió para sentar las bases de la posterior escalada en la tabla, finalizando el campeonato el cuarto por la cola con 40 puntos y una victoria clave ante el Real Betis en la penúltima jornada, también con remontada incluida y el recordado gol de cabeza de Azeez a centro de Soriano.
El equipo de este año, aunque confeccionado en principio para evitar pasar los agobios clasificatorios del curso pasado, se está viendo en la misma tesitura, con once goles convertidos (los mismos que en la era Francisco) y veintiuno encajados (dos más que entonces y -10 de balance). Ahora tocan dos salidas consecutivas a San Mamés y Montilivi, con parón de selecciones mediante, en las que se antoja complicado arrancar el primer triunfo.
Las miradas apuntan coincidentemente a la undécima jornada, cuando la UDA recibirá en el Power Horse la visita de Las Palmas en el que puede ser un partido determinante para comprobar si este equipo es capaz o no de remontar el vuelo como sí hiciera el dirigido por Francisco. La intención del club es cerrar al nuevo técnico entre este martes o miércoles, pero no está claro que se siente en el banquillo el viernes (21:00) en San Mamés o sea Alberto Lasarte quien agote las dos jornadas que la normativa permite estar sin entrenador.
Debutar en Bilbao sin poder trabajar a fondo el equipo es un escenario complejo y dependerá del nuevo técnico que coja las riendas esta jornada o aguarde para la posterior visita a Montilivi el domingo 22 de octubre con el margen del parón por los compromisos internacionales para poder aplicar sus ideas con más entrenamientos.
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