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El sonido de las articulaciones

La consulta del especialista

Si el crujido de una articulación no va acompañado por dolor, inflamación u otro síntoma, no es importante

La rodilla, una de las articulaciones que más crujen.
Doctor Ríos

13 de febrero 2021 - 13:25

Toda persona que lea este artículo se habrá asustado alguna vez por un crujido de una articulación. Los “chasquidos”, “crujidos” son relativamente frecuentes y no tienen nada de especial en la mayoría de los casos. Pueden afectar a articulaciones tanto de brazos como de piernas, pero son la rodilla, el cuello y el tobillo las que se llevan la palma en cuanto a frecuencia. También la edad tiene un papel importante: cuánto mayor es la persona, más fácil es que haya crujidos en las articulaciones.

Hay que tener una cosa clara en lo relacionado a los ruidos procedentes de una articulación: si el crujido de una rodilla no es doloroso, no va acompañado de dolor, inflamación u otros síntomas, no es importante. Ésa es la premisa que deben tener en cuenta las personas que lean este artículo

Causas de los crujidos articulares

Articulaciones que más crujen

  1. La articulación que más “cruje” es la rodilla. Es frecuente que el ruido se produzca cuando subimos o bajamos escaleras, al ponernos en cuclillas o simplemente al flexionar la rodilla. Es frecuente por varias razones. La rótula, el hueso que se encuentra delante de la articulación, está sometido a una fricción permanente contra el fémur, sobre todo al doblar y estirar la rodilla. Si además, la rótula está ligeramente desplazada , como ocurre en ocasiones en mujeres sobre todo jóvenes, viene el chasquido. Si la rótula está apoyada por una masa muscular adecuada, se encuentra más protegida y estabilizada y los crujidos son menores. Si hay demasiado choque o fricción de la rótula con el fémur, el cartílago se puede irritar provocando lo que se llama condromalacia.
  2. Columna cervical: es otra de las que más “suena”. En especial, es posible que los pacientes refieran que notan como si hubiera “arenilla” al mover el cuello hacia un lado u otro. Eso es debido al disco intervertebral, que es la almohadilla que separa las vértebras entre sí. Con la edad, ese disco se va deshidratando, lo que hace el mismo efecto que un neumático al que se le escapa el aire. Las vértebras rozan entre sí ya que el disco no es capaz de amortiguar la fricción y se producen los crujidos.
  3. Tobillo: Lo hemos comentado con anterioridad. Si los ligamentos que le dan estabilidad, han sufrido alguna lesión, pueden crujir. También el tendón de Aquiles que es muy grueso y potente, puede acortarse en situación de reposo y provocar algún crujido, sobre todo al levantarnos por la noche.

¿Cuándo consultar al médico?

Sobre todo, cuando se produce alguno de los siguientes supuestos:

Una fisio revisa la columna vertebral de una paciente.

Es importante no buscar ni provocar los crujidos articulares. Es frecuente que algunas personas hagan “crujir” las articulaciones sobre todo de las manos, los nudillos en concreto. Eso lo único que lleva es a irritar esas articulaciones, de forma completamente innecesaria, pudiendo provocar derrames, dolor o deformidad. Lo mismo pasa con el cuello. A veces sentimos la necesidad de provocar ese “crujido” para que la articulación se libere y deje de estar como bloqueada.

Es importante trabajar la movilidad articular, fortalecer la musculatura que la rodea y tratar la artrosis que suele ser la enfermedad que más crujidos provoca. Las infiltraciones de ácido hialurónico o de plasma rico en factores de crecimiento ayudará a mejorar los crujidos que tengan a la artrosis como causa de los mismos.

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