El trébol de los Celtics se marchita
Baloncesto l NBA
Un mes de enero 'horribilis' destapa las carencias del envejecido 'Big Three' que forman Pierce, Garnett y Allen · Los verdes acusan falta de frescura y de mordiente en defensa · La sombra de un traspaso planea sobre Boston
Que el Big Three de los Celtics tenía fecha de caducidad es algo que todo el mundo sabía (y algunos ya temen), pero lo cierto es que el trébol está dando síntomas de que se marchita antes de lo previsto y a marchas forzadas. En Boston no pueden ocultar su preocupación sobre el envejecimiento del equipo y la sombra de algún traspaso planea sobre el Garden. Un mes de enero horribilis en el parquet ha destapado todas las carencias de los verdes, que ahora quedan desplazados como la tercera (quizás la cuarta) potencia del Este.
Los Celtics han cerrado un mes con balance negativo (6-8) por primera vez desde que el trío Pierce-Garnett-Allen gobierna la división Atlántica. La escuadra que entrena Doc Rivers mantiene el mando sin problemas sobre su división. La hegemonía de los Celtics no encuentra oposición frente a Raptors, Knicks, Sixers y los desahuciados Nets. Las amenazas provienen de las divisiones vecinas: los Cavaliers de Lebron James han heredado el bastón de mando sobre toda la conferencia; en el sureste Orlando Magic-último finalista-y los emergentes Atlanta Hawks constituyen dos rocosos adversarios.
El panorama de los míticos verdes oscurece tras haber visto como el equipo ha sufrido derrotas inesperadas, dolorosas y consecutivas.El TD Banknorth Garden, otrora un bastión, ha sido profanado por Bulls, Hawks o Lakers en fechas recientes. Los Celtics, además, han tropezado ante oponentes de capa caída como los Pistons y arrojan números rotundos ante enemigos directos de cara al play-off, como el 4-0 que arrastran contra Atlanta.
No es sólo una cuestión de dígitos y marcadores, las sensaciones que desprende Boston no ayudan a ser más optimistas. Kevin Garnett se ha perdido más de quince partidos esta temporada por lesión. Los achaques merman y mucho el físico de KG, que ha reducido sus prestaciones y ha bajado un punto en mordiente. Basta la jugada en la que no defendió a Rashard Lewis a falta de segundos en la canasta que le costó al equipo el último revés ante los Magic. Quedó totalmente retratado.
El último susto en forma de lesión lo sufrió la semana pasada el emblema de la franquicia, Paul Pierce, de quien se llegó a temer por una rotura en el pie izquierdo. Pierce es el mejor hombre de los Celtics por estadísticas y por corazón. El jugador que batió a los Lakers en los finales de 2008 sigue siendo determinante aunque cada vez los minutos le pesan más.
El caso más alarmante quizás sea el del tercer pilar del Big Three: Ray Allen. El tirador más elegante de la Liga en la última década ha experimentado un bajón notable este curso. Es el que más ha bajado de los tres magníficos, especialmente en labores defensivas, precisamente en el leimotiv de la filosofía propagada por Rivers.
Cuando en el verano de 2007 Danny Ainge parió el Big Three los Celtics se marcaron el claro objetivo de conquistar un anillo en un periodo de dos-tres años. Fue una maniobra maestra dentro de los despachos, una operación que transformó el orden de la NBA y que surtió efecto en una sola temporada. Boston recuperó el Celtic Pride (el orgullo Celtic), tumbando además al eterno rival (beat LA) en una final memorable. Ainge-general manager-era consciente de que no había dinastía posible por la edad de sus estrellas: 34 años Allen, 33 Garnett y 32 Pierce. La lógica se ha impuesto tras tres temporadas a pesar de que Rivers ha conseguido alumbrar un prometedor All Star en Rajon Rondo, Kendric Perkings se ha convertido en un pívot titular más que decente y la veterana segunda unidad casi siempre cumple. El pasado verano la franquicia firmó a otro viejo rockero, Rasheed Wallace, con un anillo en sus manos y mil kilómetros (y técnicas) en la espalda. Hasta el momento Sheed no ha cuajado como se esperaba, aunque la mayoría lo ven más como una solución para el play-off.
Febrero es sinónimo de traspasos en la NBA. El cierre del mercado se acerca y hay quien pronostica que los Celtics pueden dar la campanada traspasando a Ray Allen. El escolta queda libre en junio y liberará cerca de 20 millones de dólares en salario. Es una jugosa moneda de cambio para un verano que se antoja de locos con agentes libres de la talla de Lebron, Wade, Bosh o Joe Johnson. Ainge guarda silencio mientras el equipo (Garnett) se conjura para recuperar su seña de identidad: defensa. El objetivo es amarrar la tercera plaza del Este porque a partir de la cuarta el play-off será una trampa casi mortal.
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