FÚTBOL | COPA DEL REY JUVENIL
  • Younes pone el campo cuesta abajo a los cuatro minutos y Rachad materializa el 2-0 en el tiempo extra del primer acto

  • El Almería termina sufriendo con el gol de Egoitz Muñoz para clasificarse por primera vez en su historia a cuartos de final

A tres pasos de la inmortalidad (2-1)

Los almerienses celebran el pase con los aficionados Los almerienses celebran el pase con los aficionados

Los almerienses celebran el pase con los aficionados / Rafael González (Huércal de Almería)

A la tercera fue la vencida. El Almería disputó los octavos de final de la Copa del Rey Juvenil en 2010 frente al Espanyol y en 2014 ante el Levante. En ambos casos los rojiblancos quedaron vistos parea sentencia rápidamente: en la primera iba perdiendo 0-4 en el descanso (triplete de Chuli) y en la segunda, 2-0 antes de la hora de juego (gol de Camarasa) de la ida. Este miércoles, a partido único, las cosas fueron totalmente diferentes. Como ya ocurriese ante el Elche en dieciseisavos de final, al Almería de Lasarte se le puso el campo cuesta abajo rápidamente. Después se topó con un muy buen Alavés para acabar pasando a cuartos de final por primera vez en la historia.

El Almería suele dominar con la posesión del balón. Y cuando no es mortal con espacios para correr. Fue lo que ocurrió ayer, sabiendo sufrir ante un Alavés que mostró una buena cara pero que se topó con un equipo almeriense que es letal en ambas áreas. Los de Lasarte rayan a un gran nivel en las diferentes facetas del juego, pero, y quizás más importante, tienen una aureola de campeón construida en base a una fortísima personalidad. A otro equipo le hubiesen temblado las piernas con un campo a rebosar, aficionados en el muro como en el fútbol de albero y otros en la puerta al estar el graderío lleno. Este Almería no tiene presión, sino unas ganas enormes de aprovechar las oportunidades, como volvió a hacer en la noche de este miércoles.

Valen encara a Xanet Olaiz Valen encara a Xanet Olaiz

Valen encara a Xanet Olaiz / Rafa González (Huércal de Almería)

Todo comenzó con ese disparo mordido de Younes a los cuatro minutos. El balón tocó a Gaizka García, pero acabó besando el destino como quiera que el destino desea que el Almería haga historia en su camino a la inmortalidad. El gol fue una losa para el Alavés, que veía como acto seguido Rachad estrellaba el balón palo izquierdo del arquero vitoriano. Poco a poco el conjunto de Íñigo Calderón fue desmelenándose y haciéndose con el control del balón, con un frente de ataque muy móvil. Pudo empatar Iñaki Saenz hasta en dos ocasiones: la primera con un cabezazo picado que fue al travesaño y la segunda con un zurdazo previo a una diagonal y recorte que sacó Bruno a saque de esquina.

Lejos de temblarle las piernas al jugar con 18 años ante más de un millar de espectadores, los rojiblancos muestran una gran personalidad

Los visitantes estaban haciendo méritos para igualar, pero enfrente estaba todo un Almería, palabras mayores. Avisó Marsu con un cabezazo para ampliar la distancia y posteriormente Younes, teniendo Gaizka García que emplearse a fondo para abortar el disparo con las dos manos. Poco después, como esta UDA tiene ángel y Rachad, gol, el 2-0 fue de nuevo un gol psicológico, en el tiempo extra del primer acto el delantero murciano recogía dentro del área un rechace y empalaba hacia dentro.

Como si no hubiese habido descanso, el gol le sentó de nuevo como una losa a los vascos, que vieron cómo el Almería pisaba su área una y otra vez. Íñigo Calderón movió su banquillo con un triple cambio que espoleó a su equipo hasta el punto de meterse en el partido. En el 73' Egoitz Martínez transformó un libre directo y al Almería le tocó sufrir, sobre todo con el típico arreón final, en el que el Alavés tuvo el empate con un cabezazo de Martín Echeverría que se fue por poco. Pero los almerienses tuvieron tablas, supieron sufrir y acabó certificando su pase a cuartos de final por primera vez en su historia. Ya sólo le quedan tres pasos para ser inmortal.

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