CUEVAS DEL ALMANZORA

Antonio Fernández: Un socialista de cuna con mirada limpia

  • Susana Díaz destaca la sencillez, honestidad y trabajo del regidor cuevano

  • La Alcaldía le hizo dejar de lado aficiones como las motos

Antonio Fernández Liria en su despacho del ayuntamiento de Cuevas.

Antonio Fernández Liria en su despacho del ayuntamiento de Cuevas. / Diario de Almería

“Antonio Fernández representa lo que es un alcalde socialista: es una grandísima persona de mirada limpia. Lo miras y ves una persona igual que tú: sencilla, honesta y trabajadora, y además un pedazo de alcalde”. Así describía el pasado domingo Susana Díaz al candidato socialista a la Alcaldía de Cuevas del Almanzora. Unos elogios, exagerados o no, que se basan en muchos años de relación: "a Susana no la conozco como presidenta, sino que desde que era secretaria de organización existe una muy buena relación con ella”, explica.

El alcalde de Cuevas se ve a sí mismo como una persona tranquila, amigo de amigos, humilde, razonable y de carácter afable, “aunque también tengo mis cosas, como todos”. Pero sobre todo, es un enamorado de su pueblo, en el que nació hace 44 años. “Soy muy afortunado por vivir en el mejor sitio del mundo que es Cuevas. Me encanta todo, el pueblo, la playa, su montaña, la comarca del Levante”, admite.

Por eso, tiene claro que quiere volver a ser alcalde porque “quedan muchos proyectos por hacer, mucho trabajo para mejorar el municipio y hacerlo más agradable”. Y es que Antonio Fernández quiere que Cuevas del Almanzora sea su pueblo para toda la vida y en el que vivan sus tres hijos.

El candidato del PSOE es un socialista de cuna. Afiliado desde 1999, pero con el socialismo en su ADN. De hecho, su padre ha sido una figura importante dentro del PSOE cuevano, siendo concejal durante 25 años.

Fernández Liria dio el paso a la primera línea de la política municipal en 2011, cuando encabezó la lista del PSOE. Tras cuatro años como concejal en la oposición, en 2015 conseguía hacerse con la Alcaldía gracias al apoyo de Ciudadanos. No obstante, reconoce que no han sido unos años fáciles. “Han sido cuatro años complicados, de aprendizaje”. Conocida es su relación tirante con el edil de Cs que lo alzó al poder y que ha dado para llenar muchas páginas durante este tiempo. Por eso, ahora aspira a gobernar en solitario, con una mayoría absoluta que le libere de ataduras para desarrollar su programa.

El Antonio Fernández político no se diferencia demasiado del Antonio persona. O eso dice. “He intentado que a pesar de ser alcalde, mi vida siga siendo la misma y tener la mismas costumbres”. Sin embargo, el tiempo libre ya no es el mismo y ha decidido dedicarlo a la familia, a su mujer y sus hijos. “He dejado de lado algunas aficiones, como las motos, el pádel o salir a correr”. “Eso me ha hecho perder la forma física”, bromea.

Fue presidente del Motoclub Los Carbonillas, es amante del carnaval, de la Semana Santa —fue secretario del Paso Morado de Cuevas—, de pasar los ratos en la playa y fiel seguidor del FC Barcelona.

Antonio Fernández, aunque ahora es alcalde, sigue siendo ese cuevano que se crio en El Realengo y que recuerda vivamente cómo disfrutaba de niño de las fiestas de su barrio (“me gustaban más que las de San Diego”, asegura) y aquella feria de ganado que se hacía detrás del castillo, donde se quedaba sorprendido al ver los animales que llevaban.

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