La crisis catalana

La violencia agita el ‘procés’

  • El juez manda a prisión sin fianza a 7 de los 9 detenidos de los CDR por tratar de alcanzar la república catalana con acciones terroristas

  • Descomunal bronca en el ‘Parlament’ entre independentistas y la bancada de Cs

El diputado de ERC Ernest Maragall y el portavoz de Cs en el ‘Parlament’, Carlos Carrizosa (d), discutiendo este jueves en la Cámara.

El diputado de ERC Ernest Maragall y el portavoz de Cs en el ‘Parlament’, Carlos Carrizosa (d), discutiendo este jueves en la Cámara. / David Zorrakino (EP)

En el juicio del 1-O, la principal incertidumbre sobre la inminente sentencia radica en la calificación jurídica: sedición o rebelión, con condenas muchos más elevadas. La acusación a los líderes del procés lista en su escrito episodios violentos el asedio a la sede de la Consejería de Economía, que acabó con el ataque a vehículos de la Guardia Civil y durante horas impidió salir del edificio a la comitiva judicial. es el episodio más literal de violencia por parte del independentismo. Dos años después ha llegado otro: el año El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha decretado este jueves prisión sin fianza para los siete miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) detenidos el lunes, a quienes la Fiscalía acusa de ultimar acciones terroristas de cara al próximo aniversario del 1-O.

El magistrado ha atendido así el criterio de la Fiscalía y ha acordado el ingreso en prisión de siete de los nueve arrestados el pasado día 23 en Cataluña (los otros dos quedaron en libertad a la espera de comparecer ante el juez) por los delitos de pertenencia a organización terrorista, fabricación y tenencia de explosivos y conspiración para causar estragos.

García Castellón ha tomado esta decisión tras tomarles declaración a lo largo de la mañana y al entender que concurren los requisitos necesarios para decretar la prisión para los siete, como son la gravedad de las penas que conllevan los delitos que se les imputan, la capacidad de destruir pruebas, la posible sustracción a la Justicia o el riesgo de reiteración delictiva.

Fabricación de explosivos

Además, cree que existen indicios de que pudieron formar parte del denominado Equipo de Respuesta Táctica de los Comités de Defensa para la República, “una organización con una estructura jerarquizada que pretende instaurar la república catalana por cualquier vía, incluidas las violentas”.

Dos de los detenidos, que han comparecido con abogados de oficio, admitieron ante la Guardia Civil, antes de pasar ante el juez, haber comprado y hecho pruebas para la fabricación de artefactos para “meter ruido” el 1-O.

Estos encarcelamientos han detonado posteriormente una enorme bronca en el Parlamento catalán, entre diputados independentistas y la bancada de Ciudadanos, que concluyó con la expulsión del líder parlamentario de la formación naranja, Carlos Carrizosa, y la convocatoria urgente de la Junta de Portavoces. Primero fueron los cuatro diputados de la CUP los que abandonaron el hemiciclo, en plenas votaciones de las propuestas de resolución del debate de política general, en protesta por la prisión provisional y sin fianza decretada para los siete miembros de los CDR.

Al terminar las votaciones, Gemma Geis (JxCat) y Sergi Sabrià (ERC) solicitaron, como había propuesto la CUP, la celebración de una reunión de la Junta de Portavoces para abordar una respuesta a la decisión del juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón de decretar prisión para estos siete miembros de los CDR, a quienes la Fiscalía acusa de ultimar acciones terroristas de cara al próximo aniversario del 1-O.

Acto seguido, diputados de JxCat y ERC, algunos de ellos en pie, lanzaron gritos de “libertad” -entre ellos el presidente de la Generalitat, Quim Torra, al lado de un vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, más comedido-, lo que desató una bronca con la bancada de la oposición, especialmente con el grupo de Ciudadanos, cuyo presidente manifestó su “inmensa vergüenza” por estas muestras de apoyo a los encarcelados y dijo sentirse “amenazado por aquellos que respaldan el terrorismo”.

Carrizosa cuestionó además que la reunión urgente solicitada por los grupos independentistas estuviese “amparada” por el reglamento de la Cámara catalana. En medio del griterío en el hemiciclo, con improperios cruzados entre diputados de uno y otro lado y con el ambiente cada vez más crispado, Torrent daba por finalizada la sesión, lo que enervó a los grupos que estaban pidiendo la palabra.

Rubén Wagensberg, uno de los primeros diputados de ERC en abandonar el hemiciclo, se dirigió a los escaños de Ciudadanos para recriminarles su actitud, lo que generó, a su vez, una airada reacción de varios de los parlamentarios naranjas, con quienes también se encaró el republicano Ernest Maragall.

Falta de neutralidad

A continuación habló el presidente del PPC, Alejandro Fernández, que puso en duda la “neutralidad” de Torrent a la hora de regular los debates, ya que no reprendió a los diputados independentistas que gritaban “libertad” en medio del pleno.

La portavoz de los comunes en el Parlament, Susanna Segovia, intervino para “lamentar la imagen” dada por algunos diputados, con sus “gritos y golpes en la mesa”, si bien avaló la reunión de la Junta de Portavoces ante esta “situación de excepcionalidad”.

Carrizosa, a quien Torrent ya había advertido de que tendría que marcharse del hemiciclo si seguía interrumpiendo la sesión, fue llamado al orden por cuarta vez, por lo que el presidente del Parlament lo expulsó.

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