Feria

La vasta saga flamenca de los 'Tomate'

  • Tomatito inundó de compás La Salle en una noche en la que refrendó que es un puntal básico de la guitarra y en la que cedió protagonismo a su hijo de 12 años que demostró su gran calidad con la sonanta

El concurrido patio de La Salle gozó el pasado martes de una auténtica y grata borrachera de buen flamenco. El artista almeriense más universal en este género musical, José Fernández Torres 'Tomatito' fue el encargado de abrir la segunda velada del 44º Festival de Almería. Comenzó con esas geniales alegrías como son 'La Ardila' que empezaron a saciar el apetito de flamenco que tenían los asistentes.

Sólo unas falsetas para que todo el patio se empapara del sonido de 'Tomate'. Como buen maestro y conocedor de la sonanta, Tomatito ha sabido labrar su estilo propio. Hay guitarras que tienen sonidos que evocan a Jerez, a Utrera o Lebrija. Tomatito suena a Tomatito, destila flamenco en cada rasgueo, en cualquier picado.

Tras las alegrías, Tomatito se quedó solo en el escenario para ejecutar un toque de la tierra, por tarantos dialogó con su guitarra, rebuscó y profundizó en los sonidos más intrínsecos de este estilo que tanto domina. Sus paisanos lo agradecieron y le rindieron una buena ovación. "Eres el más grande", le gritan desde el respetable.

Ese aplomo del taranto fue efímero, ya que la chispa llegó con el primer rasgueo de la bulería. Flamencura descomunal. Jugó con los doce tiempos de este mágico estilo al que la guitarra de Tomatito hace un homenaje en cada actuación. Cada falseta tiene el sello de 'Tomate' y arranca los olés sinceros del público y de compañeros como Miguel Ángel Cortés o Juan Carmona que disfrutaban entre el público de su toque.

El ritmo inundó el patio de La Salle, le saca un enorme partida a esas seis cuerdas mágicas. "Eres como el arroz Brillante que nunca se pasa", lo piropean con arte desde el público. Llegó la soleá 'Alquimia' recogida en el disco 'Paseo de los castaños' donde transmitió ese toque puro con la aportación del genio almeriense. De nuevo puso compás en el ambiente con otras bulerías. No se cansa un aficionado de escuchar a Tomatito que regala destellos de genialidad en cada sonido (y también en los silencios con los que juega).

Continuó el ritmo, esta vez por tangos, con el cante de esas voces tan gitanas de Simón Román, Ingueta y Morenito de Íllora que edulcoran la genial salsa que propone 'El tomate', con un inevitable recuerdo de Camarón. Público en pie para rendir tributo a un paisano ilustre y gran embajador de la provincia como es el de La Chanca.

Pero el sonido 'tomatero' no finalizó, ya que cedió el testigo, e incluso la cejilla, a su hijo, otro José Fernández Torres que con tan sólo doce años demostró una templanza y un aplomo con la guitarra impropias de su edad. Mantuvo un diálogo de acordes con su padre que salió a acompañar a su vástago. De pura cepa, de casta le viene el galgo. Dará mucho que hablar 'Tomatito Hijo' en el mundo de la guitarra. Pero la estirpe flamenca de los 'Tomate' es alargada y el nieto de Tomatito con cuatro añitos salió al escenario para pegarse unas pataítas llenas de arte que cautivaron al público almeriense. La saga es vasta y su arte resuena y seguirá resonando por mucho tiempo para deleite de los buenos aficionados al arte flamenco.

Tras el buen regusto que dejó Tomatito, otra almeriense fue la encargada de tomar el relevo del genio de La Chanca. Rocío Segura comenzó también por alegrías con su voz potente y dominio del compás, acompañada por la guitarra de Antonio de Patrocinio hijo y las palmas de Diego y Tate Montoya. Malagueñas que remató por abandolaos, soleá con temple y bulerías donde demostró esa gran velocidad que tiene de voz. Dejó un destello de Bambino e incrustó en el compás de las bulerías unos virtuosos fandangos. A capella, valiente, acabó echándose palante por fandangos sinceros con un regalo a los aficionados que premiaron su entrega con una gran ovación.

Desde tierras onubenses llegó con su enorme flamencura la cantaora Argentina. Comenzó por derecho por tonás dejando pronto constancia del timbre tan flamenco de su voz. Tientos que pasan a tangos antes de asegurar que "estoy muy contenta de estar aquí porque tenía muchas ganas de venir". Las malagueñas rematadas por abandolaos atestiguaron la rajura de su voz y su amplitud de registros. Seguiriyas de Manuel Torre espectaculares, demostración del compás por alegrías y bulerías muy bien arropada por las guitarras de Eugenio Iglesias y 'El Bola', la percusión de José Carrasco y las palmas de 'Bobote' y 'El Torombo'. Siguió con Manuel Torre con unos fandangos y cerró su gran actuación por Huelva encumbrando ese estilo onubense y con un recuerdo al maestro de este palo como Paco Toronjo.

Dos jerezanos como el guitarrista Manuel Valencia y el cantaor Vicente Soto 'Sordera' pusieron el broche de oro a una noche mágica de flamenco. Empezó por tonás, homenajéo a Alberti por alegrías, malagueñas, seguiriyas jondas y bulerías de su tierra para demostrar ese pedigrí flamenco que atesora en su garganta.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios