Alejandro Urrutia: "Los jóvenes debemos apostar por el futuro de la agricultura"
ENTREVISTA
El joven emprendedor se encarga del cuidado y gestión de fincas con cultivos 100% ecológicos
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Alejandro Urrutia Rodríguez es uno de los pocos jóvenes emprendedores en el sector de agricultura en la provincia de Almería. Alex, fundó hace menos de un año su propia empresa “Andarax Green Farm” dedicada principalmente al cuidado de fincas de particulares, lo que conlleva la plantación y cuidado de las plantas así como la recolección de sus cultivos.
–Alex, ¿Cómo decides dedicarte a la agricultura?¿Cómo has aprendido este oficio?
–Yo nací en el seno de una familia de agricultores y ganaderos. Desde que era muy pequeño he visto cómo se realizaban estas labores en mi casa, de manera que aprendí muy pronto. Desde siempre una parte de mí ha estado ligada al campo y la naturaleza, y por eso decidí estudiar y formarme como Técnico Forestal. De esta manera decidí aprovechar todos mis conocimientos para dedicarme a una de las profesiones con más futuro y más importantes de la provincia. Tenía el conocimiento, tenía los medios y estaba en el lugar del mundo más indicado.
–¿Cómo te embarcas en este proyecto y creas tu propia empresa agrícola?
–Almería es agricultura, y como todos los agricultores, comencé plantando para mí. Entonces me di cuenta de uno de los grandes problemas que existen en este sector, y que es a día de hoy uno de los grandes temores que existen entre los jóvenes: la inestabilidad económica.
En este negocio, plantas el producto y te dedicas a él durante mucho tiempo sin saber si va a ser rentable, realmente no sabes el precio de esos productos hasta que no los llevas a mercado. En aquellos años planté calabacín porque venía dando muy buenos resultados, y ese año cayeron los precios, lo que me hizo perder gran parte de la inversión. Por aquel entonces muchos vecinos que tenían terrenos por la zona y vivían en la ciudad me pedían ayuda para gestionar sus tierras, de manera que repartiéramos las ganancias de la cosecha, ya que ellos no podían dedicarse a ellas y se estaba perdiendo el producto en su totalidad. Fue así como nació mi idea. Quería dedicarme a la agricultura pero sin tener que asumir todos esos riesgos a nivel individual, por lo que creé mi empresa “Andarax Green Farm S.L” y me puse al servicio de aquellos que lo requerían haciendo negocio con el cuidado de la finca y no con el resultado de ésta. De esta manera, independientemente de lo rentable que sea la cosecha, yo dispongo de un ingreso recurrente que me da estabilidad económica.
–¿Qué ventajas y dificultades tiene ser joven agricultor en la provincia de Almería?
–Justo cuando empecé en esta andadura me hice miembro de ASAJA (Asociación de Jóvenes Agricultores de Almería) y desde allí me informaron de la cantidad de subvenciones que había disponibles. El camino fue muy fácil, de manera que no supuso una gran inversión inicial. Fue un gran impulso verme reconocido entre los requisitos, parecía que esas subvenciones estaban hechas a mi medida, por lo que decidí embarcarme en el proyecto.
Lo más difícil de todo ha sido desarrollar una buena gestión económica de la empresa, ya que por lo general la agricultura está muy mal pagada. Lo que prima en este sector son los jornaleros que cobran sin declarar y a un precio muy barato. Si quieres dedicarte a esto de forma legal es bastante complicado poner un precio a tu trabajo, ya que por hora estás pagando de impuestos en torno a unos ocho euros, una cantidad superior a lo que cobra un jornalero por su hora de trabajo de forma ilegal.
–¿Qué aporta tu juventud a una profesión tan antigua como es la agricultura?
–Se trata de una profesión muy antigua pero que ha evolucionado mucho con el paso del tiempo. Mi edad me ha hecho tener un mayor conocimiento de lo que supone un buen cuidado del planeta, ya que estamos cada vez más concienciados con la sostenibilidad y el valor ecológico para una buena conservación del medio ambiente. Yo únicamente me dedico a cuidar fincas 100% ecológicas, y para ello intento hacer sostenible la finca lo máximo posible tanto a la hora de combatir contra las plagas como en el cuidado del suelo y de todas las plantas que tenemos.
–¿Qué actividades innovadoras desarrollas en tu trabajo para contribuir a la sostenibilidad?
–Intento aplicar a las plantas el uso de bioestimulantes propios, es decir, creo mis propios abonos. Además hago uso del compost, que es un gran recurso para el aprovechamiento de los desechos principalmente de la poda. Ahora que están prohibidas las quemas en las fincas ecológicas, es una gran manera de ser eliminados pero haciendo un segundo uso de ellos que contribuyen a hacer un suelo mucho más sostenible. Otra de las grandes innovaciones que he implantado recientemente es el uso de mosqueros que combaten contra la plaga de mosca que pican las frutas. Consiste en el reciclado de botellas de plástico en las que se pone agua, azúcar y vinagre para atraer a la mosca. Se trata de un recurso con cosas naturales, que elimina el uso de un fitosanitario y que es lo mismo de efectivo.
–¿Cómo esperas que evolucione el trabajo del agricultor de cara al futuro?
–En mi caso, me encuentro en una continua evolución. Ahora estoy dedicándome también a la plantación y cuidado de plantas ornamentales, principalmente de las que son endémicas de la zona. El hecho de que exista una gran escasez de agua, ha hecho que dirijamos nuestro cultivo a plantas que no requieran un gran consumo de ésta y sean propias de un clima desértico como el que tenemos. Por ejemplo ahora hemos innovado con la plantación de tomillo, romero y algunas plantas aromáticas que no requieren tanta agua ni un especial cuidado.
–¿Por qué animarías a cualquier joven almeriense a dedicarse a la agricultura?
–El relevo generacional, poco está dedicado a la agricultura, y eso está llevando a la pérdida de muchas fincas. La inversión y la rentabilidad es buena siempre y cuando aciertes en lo que quieres plantar en tu finca, aunque entiendo que exista miedo al riesgo, porque yo también lo tuve. Para mí el gran acierto fue dedicarme a la agricultura en el entorno rural, ya que el coste del suelo es mucho menor por lo que la rentabilidad y el beneficio son mayores y además ayudas a combatir la despoblación.
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