Apicultura

Apicultura: un proyecto social en Almócita

Rita y Nuria posan con uno de los panales llenos de abejas que ya tienen instalados en Almócita

Rita y Nuria posan con uno de los panales llenos de abejas que ya tienen instalados en Almócita

Ahora que la sociedad está asimilando que el cambio climático no es una patraña, no hay apuesta más sensata de cara al futuro que un proyecto sostenible, de diversidad medioambiental. Los comportamientos humanos poco a poco van cambiando, se van adaptando a la evolución mundial y en los últimos años lo ecológico prima. Y qué habrá más ecológico, más natural, más saludable que la miel.

La apicultura en Almería se trabaja mucho y bien. La provincia produce más de un millón y medio de kilos al año. Además de para la producción, la abejas también se están comenzando a usar para proyectos sociales como el que han dado vida las almerienses Rita Consentino y Nuria Martínez, La Colmena de Almócita.

La miel vendrá. Y esperan y desean que con denominación de origen, algo para lo que van a poner todo su empeño. Pero antes hay una finalidad social y medioambiental que cumplir, que viene forjada en su carácter. Por algo son trabajadoras sociales. “Siempre nos ha interesado el tema de los insectos, la polinización... Con el confinamiento empezamos a hacer cursos al respecto para aprender cómo funcionaba la apicultura” y desarrollaron un trabajo para el que encontraron en Almócita el lugar ideal: “Es un proyecto que tiene vertiente social y medioambiental. Uno de nuestros objetivos es formar a mujeres en el entorno rural, la apicultura también es una fuente de alimento sostenible. Los objetivos que nos hemos marcado son los de crear sinergias de personas que se dediquen al mundo medioambiental, buscar personas que apadrinen colmenas para recuperar espacios para las abejas, recibir a escolares, familias, monitorizar las colmenas para que a través de los dispositivos móviles, se controlen diferentes aspectos como humedad, temperatura...”, explican.

Han tenido que empezar de la nada. Contactaron con Paco García, alcalde de Almócita, que rápidamente les cedió un espacio. Allí contactaron con un sabio apicultor, a quien le compraron nueve colmenas. “Hemos empezado a hacer con él las prácticas, tiene muchísima experiencia y nos ayuda muchísimo. Nos ve con ilusión y hasta se emociona porque la apicultura ha sido su vida”, explican risueñas Rita y Nuria.

“Hemos abierto páginas en redes sociales, estamos terminando los contenidos para usuarios de nivel básico y en breve esperamos comenzar a impartir cursos en la zona. Para traer a la gente a las colmenas hay que tener materiales y seguros, vamos haciendo las cosas poco a poco”. Y es que todo el gasto, de momento, va a sus bolsillos: “La inversión corre de nuestra cuenta. Cada colmena cuesta en torno a 120 euros, a lo que hay que sumarle el traje, las herramientas, el ahumador... Además, queremos conseguir planta para enriquecer el suelo y ayudar a todos los insectos polinizadores. Nuestros recursos son propios, quizás no vamos tan rápidas como nos gustaría que fuera. No contamos con ayudas, cuando podamos optar, lo haremos”, aseguran decididas.

Uno de los paneles, plagado de abejas. Uno de los paneles, plagado de abejas.

Uno de los paneles, plagado de abejas.

Fuerzas tiene, ilusión más, tiempo sacan hasta de debajo de las colmenas. Ambas viven en Almería y suben a La Colmena de Almócita para seguir desarrollando su proyecto casi de forma diaria. En estos primeros meses, han decidido no quitarle la miel a las abejas para que se alimenten de forma natural, buscando el bienestar del insecto. “Este año la campaña de miel ha sido floja por culpa de las olas de calor. Pretendemos conservar esas zonas ante el cambio climático, las abejas van a conservar ese hábitat”.

Los frutos terminarán llegando. O mejor dicho, las abejas terminarán produciendo una deliciosa miel que esperan que dé fama a La Colmena de Almócita. “Nos gustaría etiquetar una miel del Valle del Andarax para alcanzar una denominación de origen. No tenemos ninguna en Almería con el tema de la miel. y ojalá lo consigamos”. Viendo los paneles de las imágenes, van en el camino medioambiental correcto.

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