Bacares sigue sin vallas a pocos meses de la llegada de los ciervos

Los agricultores de la zona denunciaron en 2010 los daños provocados por los animales en fincas de almendra · El aumento de piezas cazables no soluciona el problema

José Jorquera, agricultor de Bacares, fue uno de los afectados por las incursiones de los ciervos en su finca.
V. Hernández / Almería

26 de febrero 2011 - 01:00

"No han colocado nada. Acordamos seguir trabajando pero el tema no ha avanz ado". Con estas palabras el alcade de Bacares, José Segura, resume la situación actual que viven los agricultores del municipio, a la espera de que la delegación de Medio Ambiente ponga las vallas que prometió.

La medida se anunciaba a mediados de septiembre, después de que una treintena de vecinos viera cómo sus explotaciones de almendro eran literalmente arrasadas por ciervos y jabalíes que bajaban a las fincas colindantes con el monte, de suelo de titularidad pública de la Junta de Anudalucía, en busca de alimento. En muchos casos los animales llegaron a generar pérdidas que superaron el 50% del total de la cosecha, con las consiguientes repercusiones económicas.

El problema viene de años atrás. Tras la denuncia pública por parte de agricultores de la zona y del mismo alcalde, la delegada de Medio Ambiente, Sonia Rodríguez, se apresuró a intentar poner soluciones de inmediato.

Después de estudiar varias alternativas, se procedió a ampliar el número de piezas de caza mayor que se podían apresar en "unas veinte más", explica el primer edil. De la otra solución, el vallado en las inmediaciones de las fincas privadas próximas al monte, nada se sabe.

Con el aumento de las piezas cazables "se puede solucionar algo, pero no todo el problema". El incremento natural de la población de ciervos en los últimos años, y el hecho de que "no se ha llegado a cazar todo lo que se podía porque ahora están en el monte, entre los pinos, y los cazadores no pueden llegar hasta allí", ha propiciado el temor de los agricultores de Bacares a una nueva oleada de destrozos en las fincas de frutos secos.

Este año la floración de los almendros se ha adelantado en 15 días en las especies más tempranas, lo que podría acarrear la pérdida de parte de la cosecha por las heladas que se registran esporádicamente. Si no se frena el acceso de los animales a las explotaciones, la situación podría derivar en una pérdida productiva del mismo nivel o incluso mayor que la que se registró el año pasado.

La última reunión que mantuvo Segura con técnicos de la delegación de Medio Ambiente, en la que también participó la sociedad de cazadores, tuvo lugar a finales de 2010, antes de Navidad, y el primer edil asegura que aún no se ha fijado ninguna otra fecha para buscar soluciones efectivas al problema. Por este motivo, el primer edil insta a tomar cartas en el asunto antes de que sea más tarde.

"Los ciervos comienzan a bajar en mayo a buscar comida, y es en junio y julio cuando hacen más daño".

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