El compromiso con el agua y con la comarca va en el ADN de la Comunidad de Usuarios de Aguas de la Comunidad de Níjar. Su presidente, Antonio López, es un firme defensor del campo y de tener los recursos y las infraestructuras necesarias para suministrar a sus usuarios el agua que necesitan y que tienen concedida. Ello pasa, en buena medida, por la necesaria balsa 8, una obra que marcará el futuro de una comunidad que es un referente y que ha conseguido que dentro del déficit hídrico que tiene per se la provincia, en Níjar nunca falte agua.

¿Cómo se conjuga todo eso? Los actores de este modelo lo van a explicar en las jornadas que organizarán el próximo 23 de marzo en los Salones de Puerta de Europa, en la Venta del Pobre, tituladas Garantía y Seguridad Juridica del Agua en nuestra Demarcación (municipios de Níjar, Almería, Lucainena de las Torres, Sorbas y Carboneras). El presidente de la comunidad da unas breves pinceladas de este interesante evento, que conjugará sostenibilidad e innovación, de la mano de la Universidad de Almería.

“Hay que celebrar el agua que tenemos en Níjar. Pese a nuestro pasado seco, actualmente no nos falta. Explicaremos a nuestros agricultores en estas jornadas, sean comuneros o no, las obras que vamos a hacer y la principal es la balsa, una garantía de suministro. Vendrá nuestro asesor para dar una explicación de las garantías legislativas de nuestra agua”, comenzaba López, que en un primer momento hablaba de la importancia de las medidas para salvaguardar el acuífero de la zona: “Si queremos recuperarlo, tenemos que actuar y tomar medidas. Hay que hacer un plan de restauración, sabemos cuánta agua podemos sacar (en torno a 10 hectómetros cúbicos al año) y para eso debemos que tener un agua de calidad y a buen precio para que la agricultura pueda usarla. Vamos a firmar un convenio a cinco años con la UAL para estudiar bien el acuífero y para ver la repercusión de nuestra agua desalada”.

Con el acuífero necesitado de esas medidas para ir regulándose de forma natural, la desaladora de Carboneras es el principal sostén. Para el almacenamiento, dado que el suministro es lineal y el uso del agua en agricultura es de dientes de sierra dependiendo del momento de la campaña, la construcción de la balsa 8 se torna como imprescindibles. “La desaladora produce 40 hectómetros cúbicos al año. Hay meses en la que la planta produce 3,6 hectómetros (agosto del año pasado, por ejemplo) y nosotros suministramos entre abastecimiento y agricultores, 4,2 hectómetros. Eso lo hicimos tirando de nuestras balsas y cuando haces eso, necesitas más agua. Si hubiéramos tenido la balsa, hubiéramos podido repartir 3 hectómetros cúbicos más, que es lo que hace falta en el campo. ¿Qué ha pasado con ese agua que falta? Que se coge del acuífero y se sobreexplota. En vez de tener 1,2 millones de agua embalsada, en el futuro tendremos 2,2 millones con la nueva balsa. Durante unos años, vamos a tener garantizado el suministro de agua”, remarca el presidente de la Comunidad de Usuarios.

Una vez explicado el proyecto y la necesidad de que la balsa 8 tome forma, López desgranó los plazos. “La ampliación está en el Ministerio. Tenemos un convenio firmado con SEASA, que nos da el 80% de fondos europeos. El año que viene todavía no vamos a tener el agua en la balsa, va a tardar. La Comunidad de Usuarios necesita trabajar para que estos problemas de concesiones se resuelvan. Tenemos que trabajar juntos”, apuntaba.

Junto con estas jornadas, la CUCN también va a poner su granito de arena para concienciar a los jóvenes de la comarca sobre la necesidad de un uso racional del agua. “El hecho de que cada vez la comarca esté más concienciada, es que hace cinco años reunimos a los chiquillos de Bachillerato y les explicamos todo esto. Ahora vamos a volver a explicar la situación, que no nos falta agua, pero que sí es necesario tener capacidad de almacenamiento”, finalizaba el presidente.