La EOI y la Universidad de Almería analizan la 'Economía Verde'

La Escuela de Organización Industrial EOI ha analizado en el proyecto Nueva Economía 20+20, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, las características definitorias de distintas experiencias empresariales exitosas basadas en el conocimiento y la globalización. Concretamente, la investigación se soporta sobre el estudio de cinco sectores de referencia para la Nueva Economía (Economía Social, Economía Digital, Industrias de la Creatividad, Economía Abierta y Economía Verde) y de veinte casos concretos en cada uno de esos sectores. Y en todos esos casos y sectores, el estudio de EOI -realizado en colaboración con diferentes universidades de toda España y sobre tejidos productivos de diferentes comunidades autónomas- concluye que existen unas sólidas características comunes entre las Empresas de la llamada Nueva Economía, características relacionadas con la relativización del propio concepto de propiedad, la intervención de los stakeholders de la compañía en su toma de decisiones y sobre todo la redefinición del propio concepto de empresa tradicional, como entidad que vende en el mercado una oferta de productos y servicios determinados. Hoy las empresas son sobre todo sistemas de valores. Y los que los consumidores fieles a estas empresas comparten son sobre todo estilos de vida e ideales inmateriales. Una misma pasión en la que producto e ideología forman parte de un todo indivisible.

Por eso, en la Nueva Economía las oportunidades de negocio surgen de conexiones originales, no establecidas anteriormente, pero esa creatividad se refiere no sólo a la detección de huecos o vacíos en la oferta de productos y servicios, sino también a identificación de lo que los expertos denominan "agujeros en las redes ideológicas".

Pero además de esta ideologización de la empresa (que nada tiene que ver con una orientación política en sentido partidista), hay otros muchos rasgos comunes entre las empresas de la Nueva Economía. Uno de ellos es la participación directa de los consumidores y de otros stakeholders en el rumbo de la empresa. En la Nueva Economía, las decisiones no sólo se toman en el Comité de Dirección. Se toman en la parte más baja del organigrama y las toman quienes ni siquiera están en nómina de la compañía.

En estas nuevas compañías, como la diferenciación es lo que les aporta el mayor valor, y este valor sólo dura hasta que los competidores lo hagan también suyo, la innovación no sólo se asume como algo inevitable, sino que también se acepta el derecho a equivocarse como algo consustancial a un proceso de asunción de riesgos empresariales.

Como se ha comentado, la investigación de EOI analiza cinco sectores diferentes, sobre cada uno de los cuales ha editado un libro. El primero de ellos se concentra en la llamada Economía Verde, aquella que reúne las actividades empresariales relacionadas con el cambio climático, el ahorro de agua, las energías renovables y la gestión sostenible de los recursos naturales. El análisis, desarrollado en colaboración con la Universidad de Almería, disecciona las características de las empresas de este sector a partir de las experiencias de las compañías Torresol Energy, Heliosolar, Gamesa, Green Power, Vegetalia, Maderas Nobles de la Sierra de Segura, Bionest, Bodegas Robles, Marrón Glacé "José Posada" S.L, Bonterra Ibérica, Clisol Agro, Cyclus ID, Recytel, Intemper, Altra, Análisis del Territorio, MP Medioambiente, Grupo Hoteles Fuerte y Xtraice.

Además de confirmar las conclusiones referidas en general al conjunto de la Nueva Economía, la investigación de EOI ha identificado 20 claves de éxito extraídas de las 20 experiencias empresariales en la gestión verde de la empresa. Estas estrategias de éxito se basan en la construcción de la sostenibilidad como ventaja competitiva a la hora de diferenciarse de los competidores o en la vinculación con los diferentes grupos de interés del entorno para buscar un impulso conjunto al reconocimiento en el mercado externo de los productos regionales. Otras estrategias son las que atañen a la apelación del espíritu ecológico como fuente de diversificación. En este sentido, la estrategia se fundamenta en la transparencia del proceso de producción y la trazabilidad de todos sus elementos cohesionado por el compromiso empresarial con la sostenibilidad.