Hierbas aromáticas, un subsector que planta cara a la crisis
En España hay sólo una decena de firmas de este tipo y dos de ellas están en Almería · Aromex planea incrementar sus productos con una gama de hortícolas de hoja pequeña o Baby este invierno
Basta con meter un pie en las instalaciones y la fragancia 'verde' te envuelve hasta sumergirte en un mar de hierbabuena mezclado con menta, romero y orégano fresco. La sensación es, como se puede imaginar, de lo más gratificante. Lo mismo sucede al degustar un buen solomillo o un pescado fresco aderezado con este tipo de hierbas aromáticas. Y, si va acompañado de unas flores comestibles de las que tanto se estilan en la alta cocina, mejor que mejor.
"Sólo hay una decena de empresas de este tipo en España", asegura Gracián Acién, gerente de Aromex. En las instalaciones de Fuente Nueva (El Ejido), se producen casi treinta variedades de plantas aromáticas (albahaca, cilantro, hierbabuena o menta son las más vendidas); además de ocho tipos de flores comestibles (rosa, violeta o pensamiento) y tres miniverduras. Además, la firma planea introducir una nueva gama de hortícolas Baby leaf (plantas que no superan los 8 centímetros de altura). Un negocio que "podría estar en marcha este invierno", después de largos meses de ensayos.
Aromex es una de las dos únicas productoras de hierbas aromáticas que existen en la provincia. Y no es de extrañar. A pesar de que la agricultura es el motor de la economía almeriense, son pocos los que se atreven con este segmento, ya que los cuidados que requieren este tipo de plantas son muy exhaustivos, dada su delicadez extrema. "En cuanto les da un poco el aire se mueren. Aquí lo que vale son las hojas y, si éstas están mal, la planta entera ya no vale nada", explica el gerente. De ahí que la mano de obra (hay unas cincuenta personas en plantilla), suponga el gasto más importante para la firma, situándose en torno al 60% del total.
A esto contribuye, además, el tipo de producción non stop de la empresa. En Aromex se trabaja ininterrumpidamente durante los doce meses del año. El procedimiento es siempre el mismo. Hay dos plantaciones, una se realiza en primavera y la otra a finales de verano o en otoño. La mitad de la producción se realiza bajo técnicas de control integrado, ya que no todas las variedades dan aún buenos resultados con este tipo de mecanismos biológicos, como es el caso de la albahaca. En todo caso, las normas de calidad se cumplen a rajatabla, guardando estrictamente los llamados 'tiempos de seguridad' (periodo necesario para que la planta 'arroje' naturalmente el producto fitosanitario).
Para dejar descansar el terreno, las distintas gamas de producto se van cultivando en diferentes zonas. En cuanto a la recolección, ésta se efectúa durante todo el año, dependiendo de las necesidades que vayan surgiendo. De este modo, se garantiza la máxima frescura del producto, que suele tener un periodo de caducidad máximo de seis días.
"Estamos muy por encima del servicio íntegro", asegura Acién. "Nosotros cortamos lo que hoy se vende, sobre pedido, y después se lo llevamos directamente al cliente". Este sistema es posible gracias a la centralización del proceso en un único espacio. La finca, que cuenta con trece hectáreas de cultivos invernados, se ubica justo al lado de las instalaciones. De esta manera, nada más cortar (o arrancar, según el caso), las plantas, éstas se trasladan en cajas a las cámaras de refrigeración donde se mantienen a la temperatura adecuada. Inmediatamente, las manipuladoras de la sala adyacente proceden al envasado, que se realiza en dos únicos formatos comerciales: a granel o 'embarquetado' (en pequeños envases de plástico). La última fase, la entrega, se desarrolla a través de una empresa de camiones contratados por Aromex que llevan el producto ese mismo día al cliente.
La cuota de mercado abarca todo el territorio nacional, y se centra principalmente en la hostelería y en comercios agroalimentarios. Hace ya años que el gerente decidió abstenerse de vender a las grandes superficies porque, en su opinión, son la "ruina" del sector. Los márgenes de precio con los que se quedan los agricultores son más que escasos y, según asevera Acién, "el género que no venden no lo cobramos. Hacen muchas injusticias con los géneros".
Esta denuncia es una constante entre los trabajadores agrícolas, que claman desde hace años por unos precios dignos y acordes con el 'trasiego' que supone desarrollar un cultivo. Y es que, según Acién "en el tema de los mercados se pierde el control".
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