Pescado fresco y pinchos creativos se cocinan en El Zapillo 'A fuego lento'

Carlos Mañas vuelve a la restauración · Él y su socio Diego Uclés abrían hace un mes el bar, localizado en la calle Jaúl, del que dicen es su barrio de siempre

Carlos Mañas y Diego Uclés en la puerta de A fuego lento, ubicado en la calle Jaúl.
Carmen Fenoy / Almería

08 de abril 2012 - 01:00

Tras un intervalo de dos años dedicado a otras actividades, Carlos Mañas retoma lo que de verdad le apasiona: la hostelería. Hace escasamente un mes abrió A fuego lento, posiblemente el único bar de El Zapillo que oferta variedad de pescado fresco y pinchos creativos.

Mañas, antiguo gerente del Grand Père, afronta la nueva aventura empresarial junto a su cuñado Diego Uclés, quien antes se dedicaba al sector de la cristalería; ambos agradecen el apoyo de Toñi Ruiz y Diego Uclés para montar el establecimiento.

Los jóvenes empresarios han apostado por El Zapillo, una zona de la capital que conocen bien y donde abundan los locales de restauración; "es, además, mi barrio de siempre", apunta Mañas.

Pinchos de bacalao, milhoja de tomate y queso fresco con mermelada de pimiento o la sinfonía tierra y mar, a base de salteado de gambas, setas, vieiras y pasas, son algunas de las tapas creativas que pueden degustarse en A fuego lento, localizado en la calle Jaúl número 78; y para los paladares no menos exquisitos, sino más "marineros" dispone del pescado fresco que recepciona a diario. Además, el bar cuenta en su carta con deliciosos postres y variedades de ginebras.

El bar abre de lunes a miércoles desde las 7:00 horas hasta las 17:30, mientras los jueves, viernes y sábados extiende el horarios hasta la 1:00 horas; sin embargo desde junio y hasta agosto este horario prolongado permanecerá durante toda la semana.

Además de Carlos, que este año soplará las 30 velas, y Diego, quien cuenta con 24 años, en A fuego lento trabajan otras dos personas con el fin de ofertar el mejor servicio a los comensales.

Para Mañas, el recién abierto establecimiento, "es el primer pasito para intentar ampliar el negocio". Este emprendedor en el sector de la restauración explica que su estancia en el País Vaco hace unos años despertó en él el instinto de la cocina, así como ha inspirado el nombre del nuevo local, "en San Sebastián había un bar, también pequeño y con encanto, muy creativo y se llamaba A fuego negro".

Pero su pasión por la cocina no viene sólo del norte de España, sino, sin duda, de la tradición familiar, ya que desde que era pequeño echaba una mano en el antiguo Bar León, también ubicado en el barrio de El Zapillo, cuya propiedad era de sus padres. "La cocina la he heredado de mi madre", detalla Carlos.

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