Pinturas Toledano abre su primera tienda con 'clase' en la capital

Ya ha abierto sus puertas la nueva tienda de Pinturas Toledano en Almería, localizada en la Plaza Núñez, que ha sido inaugurada por el sacerdote Alfonso García Ruiz, que bendijo las instalaciones en un acto al que acudió la plantilla al completo de la empresa fundada en Adra por Antonio Toledano, así como buena parte de los clientes, restauradores y operadores de la capital, invitados por Pinturas Toledano a conocer la primera tienda con 'clase' de la firma que llega a la ciudad.

José Luis Pelegrino, responsable con Toledano de la empresa, explica que tras más de veinte años dedicados a este negocio, 'en esta situación de crisis queremos dar un ambiente diferente, con más decoración y más clase' dirigido a un consumidor doméstico y dar una oferta que hasta el momento no existía en Almería, 'aunque seguimos trabajando con los pintores, que son nuestra base', aclara el empresario.

La idea es que el cliente pueda ver en vivo cómo quedaría una determinada pintura, papel, etc., en su pared, darle consejos al respecto e incluso recomendar qué profesional, de entre los que trabajan habitualmente con Pinturas Toledano, puede ser el más adecuado para un determinado trabajo. Aunque también se puede dar el proceso inverso, que sea el pintor el que acuda acompañado de su cliente, para contar con unas muestras como nunca antes existieron en Almería.

Ésta es la segunda tienda de este tipo que Pinturas Toledano abre en la provincia, ya que la primera abrió sus puertas en Adra, donde se vio la solvencia de este modelo de negocio. Inaugurado el nuevo establecimiento de la capital, Pinturas Toledano cuenta ya con seis puntos de venta en la provincia, dos en Almería, dos en Roquetas de Mar y dos en Adra, municipio en el que también se encuentra el almacén central, en los que trabaja un equipo de once personas.

En cuanto a la presencia de Alfonso, García que actualmente es asesor psicopedagógico del Seminario de Almería, Pelegrino aclara que el sacerdote fue párroco en Adra durante numerosos años, manteniendo una estrecha relación con la familia, por lo que su presencia en el acto celebrado era inexcusable.