Pura alquimia salida de las colmenas

Su particular aventura, poner en marcha la empresa Jonimiel, comenzó hace varios años pero no fue hasta hace dos cuando se convirtió en realidad. La "culpa" la tuvo ese ritmo característico e inherente a los procedimientos burocráticos. Ortiz resume en una frase esa forzada dilatación en el tiempo. "He estado cinco años esperando a que me dieran todos los permisos necesarios: de sanidad, de industria, de envasados, de etiquetas, de aduanas... ¡casi tiro la toalla! ".

Todo estuvo listo en plena crisis, pero ya era tarde para abandonar y se puso manos a la obra. "Mi suegro tenía un cortijo y me lo dejó para montar las instalaciones".

Comenzó a hacer pruebas con distintas formulaciones y apostó por los amigos para realizar unos particulares test de análisis sensorial. "Organicé varias fiestas y la gente me iba diciendo qué recetas les gustaban más, si los licores le parecían más o menos dulces...". Al fin encontró su fórmula y a partir de ahí ya todo es historia.

Su día a día pasa a caballo entre las 600 colmenas que posee y la fábrica de licores. Trabaja sobre pedido, así miniza riesgos porque "en estos tiempos no te puedes fiar. Está todo fatal". Con todo, él no puede quejarse. Cerró 2011 con una producción total de miel de 6.000 kilos y 1.500 botellas vendidas de su gama de licores: ron miel, orujo miel y orujo de hierbas.

Está contento. El negocio le va bien. Trabaja sin prisa, pero sin pausa, y solo ampliará la empresa cuando las necesidades lo vayan requiriendo. De momento se ha posicionado en pequeñas tiendas de la provincia y negocios de hostelería de la zona.

Por la zona de Níjar "hay gente que en vez de pedirse un cubata normal se pide un ron miel de los míos, pero en grande". Ese es su mayor logro. También asegura que su producto goza de una gran aceptación entre el género femenino. "Tiene un sabor suave. No es tan fuerte como otros licores y a la gente que no suele beber demasiado le gusta bastante".

Orgulloso de sus creaciones, asegura que quien prueba sus productos, repite. Especialmente en el caso de su licor "estrella", el ron miel.

"¿Qué llevan los de la competencia? No lo sé, pero creo que miel, si es que la lleva, bastante poca. Yo lo que sé es lo que lleva el mío. Además se nota...". Ortiz coge de nuevo el vaso, cata el licor y lo paladea.