Sorbas-Garrucha: la Ruta del Yeso desde un camión ‘bañera’

Logística

Cientos de camiones cargan a diario en la cantera de Sorbas y lo llevan a los Puertos de Almería, Garrucha y Carboneras

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Piedad María Oliver Cruz, delante de una de las bañeras con las que cada día transporta yeso.
Piedad María Oliver Cruz, delante de una de las bañeras con las que cada día transporta yeso.

Cruz había trabajando conduciendo ambulancias, pero nunca hubiera imaginado que en su siguiente trabajo iba a estar de nuevo frente al volante. Y menos que iba a cambiar la celeridad con la que se conduce cuando se lleva a un enfermo, por la destreza que hay que tener cuando llevas un vehículo cargado con varias toneladas de mineral.

La Ruta del Yeso es una de las más activas en lo que a transporte de esta codiciada materia prima se refiere. A diario, cientos de camiones unen la cantera de Sorbas con los Puertos de Almería, Carboneras y Garrucha. Cruz, después de dejar sus datos en el bar 'Sol de Andalucía', recibió agradecida la llamada de su actual jefe para entrar con Grupo Torralba en un mundo laboral desconocido, pero que le ha cautivado.

Sin el CAP (Certificado de Aptitud Profesional de los conductores) en su poder, la almeriense comenzó a trabajar con “la máquina”, como ella la denomina. Sus primeras horas en el sector las echó con el dúmper, cargando tierra y escombros sin salir de la cantera para llevarlo a un vertedero interno. “Reconozco que al principio me temblaban un poco las piernas, pero fui capaz de convertir ese miedo en coraje y salí adelante”, dice orgullosa Cruz, que fue ganando valía y experiencia en la empresa, hasta que le llegó el momento de subirse a una bañera.

Algunos delos dúmper con los que comenzó a trabajar en la cantera sorbeña.
Algunos delos dúmper con los que comenzó a trabajar en la cantera sorbeña.

Las bañeras son estos camiones tan característicos compuestos por una caja abierta basculante que no solo facilita las tareas de desplazamiento de materiales de obra, sino también la descarga del material a través de un sencillo sistema de vuelco. Así, con ahínco y ganas, Cruz comenzó a ser una más en la Ruta del Yeso. “Me encanta este mundo. Todos los días cargo yeso en la cantera y me dirijo al Puerto, principalmente al de Garrucha. A diario aprendo de mis compañeros, me sorprende cómo son capaces de realizar el trayecto sin tocar el freno, que es como se debe de conducir un camión de este calibre. Una vez en el Puerto toca maniobrar, algo que a veces es difícil hasta que te acostumbras”, asegura la transportista que alaba lo bien que trabajan los palistas garrucherros: “Ellos son los encargados de subir al barco todo el material descargado”.

Apoyo y ánimo que le llenan de satisfacción

Cruz es una de las pocas mujeres que trabajan en un sector que requiere tanto esfuerzo físico y mental como es el logístico. De hecho, en su empresa sólo están tres conduciendo camiones por la Ruta del Yeso. Por eso, hay pequeños detalles que le dan la fuerza necesaria. “A veces, cuando he descargado en Garrucha y vuelvo a la cantera, peatones a las que cedo el paso me mandan apoyo y mensajes de ánimo. Es algo que me ha marcado, la verdad. Lo único que yo quería era ganarme mi vida, sacar mi casa hacia adelante”, reconoce Cruz que como mujer responsable que es, descansa todo lo que puede antes de volver a subirse al día siguiente al camión, aunque con ello le reste horas a la familia.

Aunque encantada, Cruz reconoce que el “ritmo de la cantera” es complicado de seguir. “Da igual que seas hombre o mujer, tienes que adaptarte a un trabajo que comporta cierto riesgo porque al final estás trabajando en una mina de extracción por un lado y, por otro, en una flota de camiones donde estamos alrededores de trescientas personas descargando toneladas de yeso a la vez”, indica.

Ni por ésas Cruz pone un sólo pero a su trabajo. Dice que tiene que ser “guerrera” y agradece a su jefe la oportunidad que le dio de trabajar en Grupo Torralba. “Me encanta este sector, no me imagino en otro. Aprecio mucho a los compañeros, he encontrado mucho apoyo y cuando he fallado, siempre he tenido coraje para seguir y aprender. No me olvidaré de las palabras que me dijo mi jefe cuando llegué a Sorbas y empecé a trabajar. Sin él, no sería lo trabajadora que soy”, una luchadora, una guerrera, una conductora de la Ruta del Yeso.

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