Turquía, enemigo en agricultura y aliado en la industria auxiliar

Las cerca de 30.000 hectáreas de cultivos bajo plástico, que rozan los tres millones de toneladas de producción de frutas y hortalizas, tienen cada vez más complicado diferenciarse en los mercados internacionales ante la creciente competencia de terceros países. Mucho se habla de Marruecos, pero son muchos los directivos de cooperativas y alhóndigas almerienses que coinciden en que el verdadero enemigo en este sentido es Turquía.

Según los últimos datos que maneja Extenda-Agencia Andaluza de Promoción Exterior, entidad dependiente de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, Turquía cuenta con una producción total de 42,5 millones de toneladas de fruta (16,5 millones) y verdura (26 millones) y su sector agrícola está en pleno proceso de modernización tecnológica. El mercado de abonos para la agricultura es dinámico y demanda cada vez más productos extranjeros, ya que la importación de fertilizantes ha aumentado un 52,9% durante los últimos cinco años.

Entre las cifras que maneja la agencia de la Junta de Andalucía destaca que el país cuenta con unos 40 millones de hectáreas destinadas a la agricultura, de las que 4,9 millones están ya equipadas con infraestructuras para la irrigación. El 75% del total de fondos dirigidos a inversiones agrícolas se orientan a proyectos de riego.

El área de cultivo bajo invernadero, incluyendo túneles, se estima que supera las 49.000 hectáreas, especialmente en la región mediterránea, donde están instalados más del 85% de los invernaderos del país. El 95% de estas estructuras, en su mayoría rudimentarias, se destinan al cultivo de hortalizas. La exportación de frutas y hortalizas frescas alcanzó los 2.184 millones de dólares en 2010, último dato conocido, es decir, algo más de 1.700 millones de euros, mientras que el resto se emplea en el cultivo de flores.

El 95% de sus invernaderos los utiliza para cultivar tomates, lechugas, pimientos, pepinos y alcachofas, de ahí la competencia directa con Almería, aunque también la oportunidad para la industria auxiliar, más aún, teniendo en cuenta que Turquía importa más del 85% de las materias primas, sobre todo, abono y semillas.