CCOO y UGT muestran su preocupación ante las previsiones de la caída de la economía en nuestro país, que según el Banco de España puede rondar entre el 7% y el 13%. Este escenario, según algunas estimaciones, haría que hasta un 30% de los ERTEs que se han realizado durante la crisis por el coronavirus se conviertan en desempleados en los próximos meses. 

Ante esta situación, ambos sindicatos exigen que se defienda nuestro modelo comercial basado en PYMES, manteniendo las empresas y empleos vivos hasta que se invierta la curva económica. Y que incluya la regulación y equilibrio de las reglas de juego, garantizando el apoyo financiero y de liquidez al pequeño y mediano comercio, manteniendo del empleo y de las condiciones laborales de un empleo de calidad, para que permita conciliar la vida familiar y laboral. 

Desde ambas organizaciones, se lamenta la actitud del gobierno andaluz al haber abandonado el diálogo con los representantes legales de los 500.000 trabajadores y trabajadoras de las más de 130.000 empresas que forman el tejido comercial de nuestra comunidad. Es necesario recuperar el principio de consenso en la adaptación de la normativa comercial, potenciando la legislación en materia de garantía y protección de las personas consumidoras y usuarias, así como medidas destinadas a equiparar la base jurídica, regulatoria, fiscal y de control de los diferentes formatos comerciales, favoreciendo la adaptación del comercio andaluz a la realidad actual. 

Es por ello que, para UGT y CCOO Almería es imprescindible reforzar la apuesta por la innovación del comercio andaluz, teniendo como base la formación en nuevas tecnologías y la ayuda directa para su implementación en las empresas de nuestra comunidad. Además, frente a la grave crisis económica que se avecina es imprescindible potenciar, igualmente, el papel de la negociación colectiva sectorial como espacio de gestión conjunta de elementos esenciales en materia de salud laboral, prevención, igualdad, formación y calidad del empleo, asegurando un empleo digno, una transición digital justa y una racionalización de la jornada y los horarios de trabajo.