Déficit hídrico en la provincia de Almería
  • Los vecinos de los municipios de la zona sostienen que las extracciones al acuífero de Sierra María proliferan

Lejos de mejorar, la sequía en Los Vélez empeora después de un lustro de lucha

El alcalde de Vélez-Blanco, Antonio Cabrera, durante la multitudinaria manifestación convocada por la Asociación el 31 de octubre de 2016. El alcalde de Vélez-Blanco, Antonio Cabrera, durante la multitudinaria manifestación convocada por la Asociación el 31 de octubre de 2016.

El alcalde de Vélez-Blanco, Antonio Cabrera, durante la multitudinaria manifestación convocada por la Asociación el 31 de octubre de 2016.

“Solo buscamos la supervivencia”, aseveraba Pascual Soriano, el presidente de la Asociación por la Defensa del Agua en Los Vélez, hace justo dos años sobre las acciones que por aquel entonces se estaban llevando a cabo para que parasen las extracciones de agua directas por parte de empresas lechugueras al acuífero de Sierra de María-Sierra de Orce-Llanos de Cúllar, fenómeno al que siempre han apuntado como causa directa, convencida y comprobada de la disminución de los caudales de los manantiales históricos en Vélez Blanco, Vélez Rubio, Chirivel y María.

Veinticuatro meses después, todo sigue igual y sin visos de medidas ni solución a la vista. El bombeo de grandes volúmenes de agua, está ocasionando que muchos manantiales históricos y tradicionales hayan desaparecido y otros se encuentran en situación agónica.

Desde la asociación defienden que la modernidad y el desarrollo deben tener un límite. “Si le quitamos este recurso ¿qué les queda a nuestros pueblos? Las fuentes han sido la base económica de los últimos centenares de años, ahora las economías han cambiado, lejos queda la producción artesanal y de autoconsumo, se exigen grandes producciones a escala industrial, también con grandes repercusiones ambientales: enorme consumo de agua, de fertilizantes, de fitosanitarios, de plásticos (que pasan a convertirse en residuos) y transformación de muchas superficies que siempre fueron de secano, en regadío intensivo y de monocultivo, con las consecuencias ambientales que inevitablemente se producen, en una comarca de alto valor ecológico, como lo demuestra la existencia del Parque Natural de Sierra de María Los Vélez”, denuncia y lamenta Juan José Molina, secretario e la Asociación por la Defensa del Agua de Los Vélez.

Para este representante de la asociación, sin las fuentes que le hicieron famoso, y que complementan las visitas turísticas a los monumentos, Vélez Blanco perderá uno de sus mayores atractivos turísticos y la posibilidad de sumarse al desarrollo económico con las aguas de sus manantiales que irrigaban las enormes vegas, que pueden tener una opción con el olivar ecológico y otros cultivos menos agresivos.

Además, explica que el caso de Vélez Rubio no es mucho mejor. “Aunque su núcleo urbano no está bendecido por la abundancia de fuentes naturales, su abastecimiento depende en un 70% de las aguas de los manantiales de los Molinos, sin ellos se ocasionaría un problema inmediato y de difícil solución, en calidad y en cantidad”.

En este contexto, que ya se viene denunciando desde hace un lustro de manera activa, “pedimos que bienes y manantiales con trascendencia histórica, sean respetados en sus aprovechamientos y consiguientemente sus pueblos. No queremos seguir la estela de otros muchos casos cercanos donde los manantiales se extinguieron para siempre y el agua se lleva hacia otros lugares, incluso cambiando de cuenca hidrográfica, dejando sin agua a los que la tuvieron siempre y llevándola hacia lugares con mayores recursos económicos. Y estoy recordando la parte oriental de Sierra de las Estancias, cuya docena de fuentes sucumbieron hace mucho y con ellas sus huertas y sus gentes se marcharon, dejando vacías cortijadas enteras”.

Molina asegura que en Vélez Blanco se ha secado la Balsa de la Vicaria, que recogía el agua de unos seis manantiales del Barranco de la Fuentes. “También ha desaparecido el histórico manantial de los cinco caños, monumental y centenario. Los prestigiosos caños de Caravaca han disminuido su caudal hasta la tercera parte y también se han extinguido o han aminorado considerablemente, el del Mesón, El Badén e innumerables surgencias situadas en la parte alta del Barranco de la Canastera. Los situados a mayor cota, sufren las consecuencias en primer lugar, después irán los otros, los recursos hídricos no son inagotables”.

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