Economía sostenible
  • El concepto agrario en la provincia ya nació bajo el concepto de la unión, y hoy existen un total de 116 cooperativas agroalimentarias y cerca de 500 SAT

El agro almeriense, el modelo más social

Instalaciones de la cooperativa Cabasc, la cual forma parte del TOP 20 nacional. Instalaciones de la cooperativa Cabasc, la cual forma parte del TOP 20 nacional.

Instalaciones de la cooperativa Cabasc, la cual forma parte del TOP 20 nacional. / (Balanegra)

Que la provincia de Almería es una potencia agroalimentaria a nivel continental, y por qué no decirlo, mundial, no se le escapa ni al más despistado. Sin embargo, también cabe destacar que, pese a contar con una de las agriculturas más prolíficas es una de la que menos ayudas goza, y si cabe, sí más trabas. Y eso que cumple con la mayoría de los requisitos que desde la Unión Europea se le exige a todas las zonas productoras en pro de la sostenibilidad ambiental y social.

Es precisamente en este último punto donde la provincia de Almería es, sin duda, un referente. De hecho, el llamado modelo Almería no se refiere solo a un método específico de producción, donde entra en escena el plástico como un factor diferencial, sino también se refiere a la forma de hacerlo y de comercializar. Siempre se habla de que el principal problema para controlar los costes de producción y que sean objetivos para los intereses de los agricultores tiene mucho que ver con la falta de capacidad para unirse, concentrar la oferta. Realmente, atendiendo a los datos, en Almería existe una gran capacidad de concentración, más que en el resto de provincias. Desde que el campo es campo, los productores almerienses comenzaron a unirse formando cooperativas y sociedades agrarias de transformación (SAT). Figuras jurídicas, especialmente en el primer caso que permiten aumentar el poder de negociación y mejorar la competitividad de muchos agricultores y ganaderos en un mercado que siempre entraña más dificultades y que cada vez está más globalizado. Por otro proporcionan apoyo a las acciones de formación, modernización y desarrollo sostenible del asociacionismo agrario.

Así nació, y así creció, siendo hoy de un total de 116 cooperativas almerienses agroalimentarias, representando el 20% del total andaluz y el 10% del empleo. Atendiendo al número de SAT, de las 1.985 con las que cuenta una región tan prolífica en el sector primario como es Andalucía, Almería presenta un total de 457.

Y no solo eso. Tomando en cuenta las organizaciones de productores de frutas y hortalizas (OPFH), que son entidades constituidas por iniciativa de sus productores, con una finalidad específica y un funcionamiento acorde a lo establecido en la normativa al respecto; Almería suma un total de 38 de 101 de toda la comunidad, lo cual supone un total de 9.978 socios involucrados (21.878 en toda la región) dentro de las diferentes formas jurídicas empresariales de las que proceden y registran un total de 35 programas operativos (96 en el total de Andalucía), según datos de 2020.

Por supuesto, el modelo Almería y su producción agroalimentaria está a la cabeza en lo que se refiere a facturación. Según datos de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía, contabilizando hasta diciembre de 2020, entre cooperativas de primer y segundo grado la provincia comercializó por valor de 2.217 millones de euros vendidos, por el total de 8.770 regional.

Para dimensionar aún más la importancia de las empresas de economía social en la agricultura de Almería, donde es el modelo más asentado y normalizado, aunque no el único, cabe destacar que dentro de las Cooperativas andaluzas presentes en el TOP 20 de cooperativas exportadoras a nivel nacional hay la nada desdeñable cifra de 5 firmas, que son: Unica Group, Murgiverde, Hortofrutícola MABE, Indasol, Cabasc, CASI y Vicasol; siendo solo las dos primeras de segundo grado, por lo que queda de manifiesto el potencial de este modelo social en el campo almeriense.

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