La almeriense Cuadraspania, reina de las escarolas: "Este sol y este clima es perfecto"
Agricultura
La empresa cuevana produce 50 millones de unidades de las variedades frisee fina, rizada y lisa
“Trabajo en un sector en el que hay miles de nacionalidades, la agricultura”
Cuevas del Almanzora/El origen de Cuadraspania parece un cuento de Navidad, un relato que muestra el convencimiento en el potencial de la agricultura de una familia francesa que, tras llegar a Palomares en la década de los 90 por diversas inclemencias meteorológicas, encuentra en el levante almeriense la zona de cultivo perfecta para sus escarolas. Almería, tierra de oportunidades para tantos emprendedores, se convirtió en la casa del “aventurero” Antoine Jean Cuadras, como lo define su hija Geraldine.
Desde Perpiñán a Cuevas del Almanzora, 883 kilómetros que tuvo que recorrer la familia Cuadras en 1992 la semilla de la que hoy es la empresa agrícola europea de referencia de la escarola. Un breve alto en el camino en Puerto Lumbreras, donde previamente Antoine Jean había plantado sus hortalizas, hasta que una helada en 1991 le hizo viajar un poco más al sur y encontrar unas fincas idóneas, con una temperatura y unas horas de sol ideales para comenzar a producir en intensivo escarolas de tres tipos de alta calidad, así como lechugas y alcachofas, aunque éstas a menor escala.
La llegada al almacén de Cuadraspania [el nombre de la empresa es una fusión del apellido del fundador y del agradecimiento a su patria chica, España] muestra a la perfección el potencial productor de la compañía. Desde la salida de la A-7 hasta la llegada a la sede, un pequeño camino entre centenares de hectaréas donde sólo se ven plantadas miles de escarolas, que en apenas unos días se cortarán y se servirán en las mesas de toda Europa. Y eso que en Cuevas sólo hay una parte [importante, pero sólo parte] de todas las fincas, puesto que Cuadraspania tiene también en Vera, además de en Baza y en la Puebla de Don Fadrique, donde se cultiva en los meses de verano para evitar las calurosas noches del levante almeriense. De esta manera, Cuadraspania asegura la producción los 365 días del año.
En la sede de la compañía espera Geraldine, una de las hijas de los fundadores, que aún se emociona cuando recuerda el Premio a la Iniciativa Empresarial que Asempal les concedió en octubre y que ella recogió junto a sus hermanos Joséphine, Jean y Antoine. “Fue un momento muy emotivo, seguro que si mi padre lo vio desde el cielo, alucinó”, dice orgullosa la directora comercial que enfoca la filosofía familiar de crecimiento de la empresa: “La hemos hecho crecer nosotros, pero al final él fue quien puso la semilla. Era un aventurero, un gran soñador. ¡Imagínate lo que fue para una familia de extranjeros llegar aquí en los 90 y crear y hacer crecer una empresa de escarolas!”.
Tipos de escarolas
Frisee fina. Es la reina de la producción de Cuadraspania, de la que es líder en el mercado europeo con más de 12 millones de piezas al año. Toda la producción de escarola es blanqueada y se asegura una tasa mínima del 30%.
Rizada. Empezaron a desarrollarla durante los veranos entre 2002 y 2007, momento en el que se comienza a producir todo el año. Su estrategia pasa por desarrollar el mercado fresco y, en particular, la venta en supermercados.
Lisa. A partir del verano de 2006 comienza su producción y a la par que la escarola rizada, producen durante todo el año. Se envasa siempre según las exigencias de cada cliente.
Mientras toma nota y apunta todos los datos para los pertinentes controles de calidad, Geraldine da algunos de los datos de la empresa: aproximadamente unas mil hectáreas de cultivo entre Almería y Granada, unos 50 millones de unidades de las tres variedades de escarola, así como una producción también importante de cogollos y corazones, alcachofa violeta y acaban de empezar con la lechuga romana.
600 trabajadores
Pasa media hora de las doce. Los más de 600 trabajadores que tiene Cuadraspania están a tope. Por un lado, los camiones llegan cargados de las fincas con miles de kilos, que pronto entran en el centro de manipulado. Ahí, en su primer momento se lavan, se limpian y se comprueba el color amarillo del corazón [los brotes más dulces, que se mantienen teniéndolas anudadas cuando están plantadas].
El siguiente paso es el envasado, donde Geraldine no duda en mostrar su predilección por la variedad frisee fina. “Es nuestro producto estrella, el que vendemos por toda Europa e indirectamente, a todo el mundo: Canadá, Estados Unidos, Singapur, Taiwan, Japón, Corea... Se trata de un producto originario de Bélgica y norte de Francia que mi padre se trajo aquí y hemos sido capaces de producirlo con una calidad durante todo el año que nadie ha logrado”, a lo que se le une el desarrollo de un packaging que ha permitido su exportación.
Todo está cuidado hasta el más mínimo detalle en el centro de manipulación de Cuadraspania. De ahí que los productos de su marca O’Delice alcancen los más altos estándares de calidad. “Nuestra política de calidad tiene como objetivo conseguir que nuestros productos satisfagan las expectativas de nuestros clientes. Sólo comercializamos productos controlados bajo normas de carácter internacional como son las certificaciones IFS y Global Gap”, que indica el afán que ponen en tener bien controlada la trazabilidad y su sistema APPCC de prevención de riesgos.
Disponen de semillero propio para producir los 365 días del año
La producción de Cuadraspania es 100% propia, lo que les permite garantizar un control del producto desde la selección de la semilla y la preparación de las tierras hasta la entrega del producto al cliente. Los técnicos establecen un programa de cultivo con las previsiones de ventas concertadas con los clientes y las tierras disponibles en cada zona de producción. Esto permite a Cuadraspania asegurar una continuidad de la oferta, siempre en condiciones climáticas favorables. Dentro del mismo perímetro donde está la sede principal y el almacén, la empresa tiene su propio semillero, donde se apuntan con cuidado todas las informaciones relativas a cada siembra, además de asignarle un número de trazabilidad. Bajo técnica holandesa de plantación de la semilla [la turba se prensa y se corta en tacos antes de ponerse en cajas], son miles de plantas las que germinan primero bajo plástico y luego empiezan su crecimiento ya bajo el sol del levante almeriense. Una vez que la planta está preparada para trasplatarse, se elabora una ficha para cada plantación en la que se indica la localización exacta de la parcela en cada finca, el número de trazabilidad de la siembra y varias informaciones técnicas adicionales.
“Garantizamos calidad, tenemos una tasa de rechazo muy baja, por debajo del 0,5% al año, lo que nos lleva a tener al cliente realmente satisfecho. Somos conscientes que no es el precio de salida que cuenta, sino el precio de cuando el producto lo tiene el cliente en su mano. Eso es lo que nos diferencia”, y ha hecho grande a esta empresa que ha soplado más de treinta velas desde que Antonie Jean Cuadras sembrara sus primeras escarolas en tierras almerienses.
Un equipo humano "muy implicado y con mucha experiencia"
El éxito de cualquier empresa radica en el equipo humano que desempeña un buen trabajo diario. Los hermanos Cuadras tienen claro que el de Cuadraspania es “muy implicado y con mucha experiencia, así todo fluye y se hace más fácil”, asegura Geraldine que durante el reportaje conversó con los trabajadores presentes generando un ambiente cercano y familiar.
Ya ha sonado el timbre para que los trabajadores descansen. Las máquinas se han parado y ahora sí que se puede observar la tremenda calidad que presentan las escarolas, cogollos y lechugas romanas. Incluso hay un par de cajas de alcachofas violetas, que son para exportación. Aunque Geraldine lo tiene claro, “la escarola frisee fina es mi preferida”. Tiene buen gusto, confirmado.
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