Los manifestantes buscaron cortar el Puerto de Algeciras, punto estratégico para la importación de productos agroalimentarios desde terceros países, y los agentes que no hubiera problemas. El resultado, cargas policiales y un manifestante herido. La protesta en la que participaron este jueves las principales organizaciones agrarias de Almería fue de todo menos tranquila.

En torno a medio millar de manifestantes, según las estimaciones de los convocantes, se desplazaron desde Almería hasta el Puerto de Algeciras en diversos autobuses para bloquear su actividad, en virtud de la hoja de ruta impuesta por los representantes del sector primario para protestar contra la “competencia desleal” que dicen sufrir en las importaciones de terceros países.

Pancarta durante la protesta.

ASAJA, COAG y UPA en la provincia de Almería organizaron en ‘unidad de acción’ junto a manifestantes del resto de la comunidad andaluza esta protesta en la que es una instalación clave para el comercio con el exterior. Solo en el mes de enero este espacio comercial movió nueve millones de toneladas de mercancías, lo que supuso un 3,3% más que en el mismo mes del año anterior, un crecimiento impulsado por los graneles líquidos. La idea era bloquear la entrada norte tras una caminata desde el campo de fútbol del municipio.

La de Algeciras es una instalación clave para las importaciones no solo en España sino en la Unión Europea. Desde ese lugar pidieron modificar en una sonora protesta los acuerdos comerciales en el viejo continente para introducir las conocidas como ‘cláusulas espejo’, que buscan equiparar los requisitos a quienes venden desde otros países con quienes lo hacen desde el interior de la unión, así como reforzar la preferencia comunitaria, eligiendo los productos en primer orden del territorio continental.

Manifestantes en el Puerto de Algeciras.

En cuanto a la burocracia, la mirada estuvo fijada en la implementación del cuaderno digital, indispensable para recibir las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) y que consideran una “absurda y excesiva burocracia”. El ministro del ramo, Luis Planas, prometió la semana pasada convertir lo que es obligatorio en voluntario. Ese requisito para suspender las protestas se sumó a las peticiones en materia financiera, reclamando una mayor vigilancia para la Ley de Cadena Alimentaria ante los problemas para el bolsillo que suponen la ‘venta a perdidas’.

El guion fue el mismo que ya se vislumbró hace ocho días en otro puerto, el de Motril, donde las reivindicaciones coinciden. Los representantes del sector primario, unos 2.000 sumando los asistentes llegados de todas las provincias, lograron poner en aprietos la operativa de la sede portuaria desde las diez de la mañana y hasta bien entrada la tarde. Las cargas policiales fueron respondidas por los manifestantes arrojando al suelo pepinos, tomates y distintos objetos.