Los bares de Almería también 'hibernan': empiezan a abrir por las noches en temporada de verano
Servicios
Los negocios de hostelería amplían su horario durante la época estival para ajustarse a las horas más frescas del día y la llegada de turistas
Estos son los nuevos Soletes de Verano de la Guía Repsol en Almería
El invierno es duro en los pequeños pueblos de la provincia de Almería, donde la escasez de servicios es una realidad. Una de las comarcas que más lo sufre es la de la Alpujarra, donde una noche de martes del mes de noviembre se convierte en una misión imposible encontrar un lugar en el que tomar una cerveza desde Benahadux hasta Berja.
Los bares también hibernan. Ahora, con la llegada del verano y con él de un mayor número de turistas y visitantes a los pueblos, estos establecimientos amplían sus horarios buscando ‘hacer el agosto’. Los negocios comienzan principalmente a partir del 1 de julio a abrir en horario nocturno.
Es el caso de uno de los lugares más emblemáticos de toda la comarca, el Restaurante El Canario, situado en pleno centro de Canjáyar. Más de 80 años de servicio amparan a este establecimiento, que cuenta con una amplia terraza en la que se puede disfrutar durante el verano de un refrigerio acompañado de sus exquisitas tapas sin suplemento o raciones de carne a la brasa, y con unas vistas privilegiadas a la Plaza de la Constitución.
“Lo mejor es el entorno que nos rodea, de obligada parada para los visitantes, y en el que se celebran muchas actividades culturales que sacan a la gente a la calle y que después aprovechan para tomarse algo”, explica Eustaquio Abad, gerente del restaurante.
Este lugar casi centenario, abrió sus puertas en 1932 como una posada, más tarde se convirtió en una fonda, y ahora un excelente restaurante que debe su nombre al color de su fachada -amarillo canario- y que se complementa con el servicio de pensión (declarado hostal-cuidad de 1 estrella en 2001), por el que han pasado cuatro generaciones de hosteleros y que ha sido testigo de como ha cambiado el ocio rural en los últimos años.
“Antes abríamos todos los días a todas horas porque siempre había alguien que buscaba tomarse algo o hospedarse, pero ya solo en verano es rentable el horario nocturno”, explica Eustaquio.
El restaurante está abierto a mediodía los días de diario durante todo el año para dar las comidas a quienes se hospedan en la pensión “porque no hay más gente”, los fines de semana abre mañana y noche, y en verano todos los días en horario completo excepto los lunes por descanso.
Las altas temperaturas es otro de los factores que ayudan a que estos bares tengan más actividad durante estos meses en las noches de verano. Las mesas al aire libre, son uno de los factores clave para atraer a un mayor número de clientes.
El bar ‘La Plazita’ de Almócita, es uno de esos lugares en los que disfrutar de las horas menos calurosas del día con un pequeño ágape bajo las estrellas. Cuentan con una amplia zona de mesas en el exterior en la que se pueden degustar tapas diferentes a las habituales, con un toque más moderno, y lejos del bullicio de las ciudades.
Este pequeño pueblo de apenas 200 habitantes, lleva años luchando contra la despoblación y su bar juega un papel muy importante. La familia de Daiana llegó a Almócita hace más de 15 años, y lo hizo para quedarse, rehabilitando el antiguo ‘Hogar del pensionista’ para abrir en él su propio negocio hace ya seis años. Si quieres visitarlo, lo ideal es llegar temprano para pillar una mesa, antes de que se formen largas colas de clientes en la puerta.
“Ahora empezamos a abrir por las noches porque durante el día hace mucho calor y no apetece demasiado salir. Las horas que más refrescan son las de la noche, en las que apetece una terraza acompañados de familia y amigos”, apunta Daiana, dueña del local.
Y es que la temporada de verano, también trae consigo un aumento de la oferta gastronómica, con la apertura de algunos negocios emergentes durante la temporada como los bares de chiringuito, ubicados principalmente en los entornos de las piscinas municipales. Se tratan de establecimientos, que por lo general pertenecen al ayuntamiento de la localidad y que son arrendados durante los meses de julio y agosto para dar servicio a los bañistas y a todo aquel que quiera disfrutar de unas tapas en entornos veraniegos.
En Padules, el chiringuito de la piscina abrió sus puertas el pasado 20 de junio, donde Jose se encarga de dar de comer y beber a todo aquel que se acerca por segundo año consecutivo. Hay tapas frías, de cocina, plancha y brasa, que son el acompañamiento perfecto de cualquier bebida en las noches de verano. Su horario es el más amplio, de 11 de la mañana a 12 de la noche ininterrumpidamente.
“Aquí puedes comer como si fuese un restaurante, tenemos de todo, y tratamos de dar un servicio muy necesario para atraer a los visitantes al pueblo”, apunta Jose.
Por desgracia, las ganancias económicas que se obtienen durante la temporada de verano “no son suficientes para mantenerse el resto del año”, lo que obliga a sus dueños a buscar otras alternativas durante los meses invernales.
Otros, en cambio, deciden mantener el negocio también en los meses más difíciles, cuando el resto de chiringuitos cierran sus puertas. Eso sí, lo hacen con un horario mucho más reducido como en el caso del restaurante ‘La Orza’ ubicado en las inmediaciones de la piscina de Ohanes, donde su dueño, Antonio Triguero, lleva más de 30 años dando el servicio. Este local es un auténtico referente de la comarca, hasta donde llegan clientes en cualquier época del año para degustar sus exquisitas carnes, pescados
Aunque los beneficios sean temporales en este tipo de negocios, son muchos quienes apuestan por ellos en la comarca para hacerse con un dinero extra en verano, y dotar a cada pueblo con un bar anexo a su piscina.
Así, desde Benahadux hasta Berja, todas las noches del verano hay un lugar en el que poder tomar una cerveza.
No hay comentarios