Cuatro almerienses cobran ayudas por el síndrome tóxico por el aceite de colza de los años 80

Hace más de cuatro décadas desde que tuvo lugar el brote de síndrome tóxico en España, y no se trata de una época en la que hubo un aumento de relaciones amorosas que no fueron del todo sanas, si no de un contagio masivo que estuvo provocado por el consumo de aceite de colza desnaturalizado que supuso una tragedia de salud pública en todo el país.

A raíz de la ingesta de este producto, que no era apto para la alimentación, 17 personas en la provincia de Almería están afectadas, y cuatro de ellas se encuentran actualmente recibiendo ayudas económicas y prestaciones gestionadas por la Seguridad Social para tratar de paliar las secuelas de aquella intoxicación masiva. Estas ayudas están destinadas a garantizar unos ingresos mínimos a las familias almerienses que tengan a alguno de sus miembros afectados por esta enfermedad, además de ofrecerles servicios tales como el acceso a centros de atención especializada.

La tragedia causó la muerte a cientos de personas a nivel nacional, y a otras dejó secuelas de por vida. A pesar de ellas, son siete personas a las que padecer el síndrome tóxico no les impide seguir trabajando en Almería, puesto que actualmente siguen dadas de alta en la seguridad social. Las personas jubiladas, son ya 6 de ellas, pero en ninguno de los casos su jubilación se debe a esta enfermedad crónica, si no a que ya han alcanzado la edad mínima para dejar de trabajar. Las otras cuatro personas afectadas se encuentran en situaciones diferentes, como puede ser en desempleo o cobrando otro tipo de ayudas que si son compatibles con éstas.

En cuanto a las prestaciones específicas que reciben estos cuatro afectados de la provincia, son tres los almerienses que cobran una ayuda domiciliaria para atención en el hogar, mientras que una más percibe ayuda económica familiar complementaria.

La mayoría de los afectados almerienses superan actualmente los 65 años, representando el 41,18% del total provincial. Además, en las franjas de entre 45 y 50 años, existen tres casos actuales, al igual que en personas de entre 61 y 65 años. En edades comprendidas entre 51 y 55, existe únicamente un afectado en esta zona del país.

El perfil de quienes padecen esta enfermedad, por lo general tiene rostro de mujer. Ellas fueron en su mayoría víctimas de la intoxicación, por lo que el número más abultado de perceptoras de dichas ayudas son féminas de entre 56 y 60 años en todo el territorio nacional. Incluso en algunas franjas de edad, específicamente entre los mayores, las mujeres duplican en número a los hombres afectados.

Estas ayudas son el reflejo de la magnitud que supuso esta tragedia para la salud pública. La huella de esta intoxicación sigue costando a los españoles 27.059.196 euros, según los datos del año 2024. La mayoría de este dinero se reparte mediante ayudas económicas a los 10.985 afectados que sigue habiendo en el país, pero también a través de pensiones y otras ayudas complementarias que les permiten tener una vida más digna.

El número de ayudas económicas ha ido creciendo con el paso de los años, pasando de las 1.746 prestaciones en 2016 a un total de 1.877 gestionadas el año pasado. La mayor subida en el número de aportaciones se produjo entre el año 2022 y 2023, aumentando en 244 nuevas ayudas para alcanzar las 1.875 en tan solo un año.

En Andalucía, son 166 las personas afectadas por este síndrome, y suponen el 1,51% del total nacional. Así, la suma de afectados en la comunidad autónoma representa la cuarta mayor cantidad a nivel regional, sólo por detrás de Madrid, Castilla y León y Castilla-La Mancha.