Los 'estrategas' de la almendra se forran: hasta seiscientos euros por cada cien kilos

Datos

Quien espera a los meses de menos venta triunfa: su producto se dispara respecto a otros meses

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Recogida de la almendra ecológica de Chirivel
Recogida de la almendra ecológica de Chirivel / Javier Alonso

Mientras la mayoría de los productores de almendra en la provincia de Almería esperan ya que llegue agosto, cuando empieza la cosecha temprana, o los meses otoñales para iniciar la recogida de su fruto, hay quien aprovecha para ir al mercado y vender su alimento cuando este aún escasea. Saber cuadrar las fechas tiene premio en este libre mercado y las variedades que se están comercializando ahora en la provincia, como la desmayo o la marcona, están triunfando.

Según datos de la Junta de Andalucía, la semana 28, la correspondiente a la festividad de San Fermín, fue en la que más caro se vendió este manjar desde que comenzó 2025. La variedad desmayo se vendió a 527 euros por cada centenar de kilos, mientras que la marcona tuvo mejores datos, aumentando su precio hasta los 615 euros por cada centenar de kilos y la comuna se conformó .

El productor de almendra es el que más dinero está recibiendo ahora en los almacenes. Cabe aclarar que toda la producción que hay ahora vendiéndose en la provincia es de pepita, según las cifras aportadas por el ejecutivo regional.

Marcona, la que más cara se está vendiendo

La almendra marcona de pepita es la que mejor se está vendiendo en la actualidad. Lleva tres semanas encaramada en su máximo de 615 euros por cada cien kilos, hasta diez más que las otras provincias productoras en la actualidad, Málaga y Granada.

Esta variedad, que es más dulce que las demás y tiene un grano más grande, es fundamental para el mercado de la repostería y la turronería y una de las más habituales en los cultivos de la provincia.

En cómo evolucione el precio, que debería ir a la baja a lo largo del verano a medida que entre más producto, que se suele comenzar a recolectar a finales del mes de agosto, va a influir cómo ha sido tratado este año su cultivo. Y la palabra es mal si se plantó temprano, porque las intensas lluvias que hubo durante los últimos días del invierno le afectaron a la fase de polinización, lo que motivó la multiplicación de enfermedades fúngicas y un descenso en lo cosechado.

En un mes en el que suele haber poca comercialización, quienes han optado por adaptarse y vender ahora, los menos, ‘estrategas’ en el buen sentido de la palabra, han conseguido sacarle a su producto hasta setenta euros más por cada centenar de kilos que a inicios de año.

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