Finanzas

La falta de estocaje de automóviles europeiza al cliente almeriense

  • Los concesionarios aún notan el cuelo de botella provocado por la COVID

  • Entre cinco o seis meses de espera para un vehículo nuevo

Un cliente pasa delante de un concesionario de coches.

Un cliente pasa delante de un concesionario de coches.

Como tantas cosas, la COVID-19 también va a cambiar la cultura española de compras de automóviles. Esto es, en España la costumbre es ir al concesionario el mismo día que uno quería un coche. Escogía (tras ver dos o tres casas), se decidía, pagaba y a matricular. Sin embargo, de un tiempo a esta parte no hay apenas vehículos en stock. Ni coches ni motos.

Los concesionarios almerienses, otrora con los escaparates mostrando flamantes vehículos nuevos, ahora apenas tienen surtido, lo que obliga a los clientes a europeizarse. “En España no tenemos una planificación de compra, como sí tienen en otros países europeos, donde los clientes solicitan el vehículo con la suficiente antelación para esperar dos o tres meses si no hay en stock. Aquí cuando lo queremos, lo queremos ya. Y ahora hay plazos de espera de cinco o seis meses”, explica Francisco Alonso, presidente de Asempal Automoción.

La explicación de esta falta de stock en las casas de coches y motos de Almería (aunque es un problema mundial), hay que buscarla allá por marzo de 2020. “Hubo falta de materias primas provocadas por el confinamiento de la COVID. Esto provocó un cuello de botella, que generó que las fábricas de componentes, principalmente de microchips, no dieran para abastecer a la industria del automóvil y a la tecnológica en general. A esto hay que sumar también un problema de transporte en los principales puertos de fábricas del mundo, lo que ha provocado retraso en la producción”, y por ende, de estocaje: “Hay algunas marcas que ya tienen su producción a punto, principalmente japonesas y coreanas, como Toyota, Mazda, Hyundai o Kia. El resto de las marcas sí que tienen problemas de estocaje de vehículo nuevo”, asegura Alonso.

Poco a poco, es cierto que la situación se va normalizando, pero el presidente de Asempal Automoción tiene la intuición de que el mercado español va a cambiar y se va a centrar más en pedir a fábrica ante demanda que en tener coches en exposición. “Creo que como tantas cosas que han cambiado después de la pandemia, esta cultura de compra también va a cambiar. Ya no sólo en la demanda, sino también en la oferta. Van a regularizarse también las fábricas, se va a comprimir mucho más el mercado. Hay gente que ya no compra coches, sino que hace alquileres a largo plazo”.

Sin embargo, esto no quiere decir que el sector del automóvil esté de capa caída. Francisco Alonso tiene claro que el cliente demanda coches y que poco a poco se irá adaptando a la nueva situación del mercado. “No nos queda más remedio que ser optimista, hay posibilidad de vehículo seminuevo y usado, y también disponibilidad de nuevo, pero con los plazos descritos. Conforme pasen los meses se irán acortando. Un mercado que baja no puede estar contento, pero sabemos que es por esta situación. Nuestro sector ya tuvo que hacer reformas antes de la pandemia y creo que podemos aguantar esta crisis y pensar que la segunda parte de 2023 puede ser buena, si no hay más situaciones raras”.

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