El gen del agricultor de Almería: crecerse ante plagas y adversidades

Agricultura

Año complicado, de DANA y Parvispinus, salvado con fe en el trabajo por parte de los productores de pimiento

La optimización del control biológico, esencial ante el Parvispinus: "El pimiento de Almería es de primera calidad"

Paco Fernández, ante unas matas de pimientos en la finca que tiene en el Corsario [La Mojonera].
Paco Fernández, ante unas matas de pimientos en la finca que tiene en el Corsario [La Mojonera]. / Javier Alonso

Los pimenteros de Almería están con la mosca detrás de la oreja, no tienen muy claro si les hicieron budú antes de comenzar la campaña. Por un lado, el calor y la sequía fueron el caldo ideal para la araña roja. Llegó otoño y la DANA dejó una durísima granizada que afectó a más de 5.000 hectáreas por todo el Poniente, zona eminentemente de producción de pimiento. Y como no hay dos sin tres, el Parvispinus. El que faltaba para el bingo. Un año que pintaba horribilis, pero que a base de tesón y fe en el trabajo, los productores almerienses van a conseguir sacar adelante con nota.

Para muestra, las palabras de Jan van der Blom, responsable del departamento de técnicas de producción en Coexphal: “Hasta finales de diciembre, la cantidad de pimiento comercializada era muy importante por las altas temperaturas. En lo referente a producción, vamos a cumplir con las previsiones de cosecha con las diferentes cooperativas”, indicaba en una entrevista a Diario de Almería. No hay mejor forma de explicar que pese a todas las dificultades, pese a todos los contratiempos, contra DANAS y plagas, Almería seguirá abasteciendo a Europa de pimientos. Pero no de un pimiento cualquier, sino que de un pimiento de primera calidad.

En el caso de Paco Fernández, también a Estados Unidos con su maravilloso pimiento picante Hyffae. Este agricultor roquetero, a sus 63 años, tiene ese gen que sólo está en el ADN de los agricultores almerienses, se crecen ante las adversidades. Son diez hectáreas las que cada día se echa al hombro para cultivar pimiento California, Palermo y el ya citado picante, entre otros. Además, en ecológico, que siempre requiere más exigencia.

Pese a tener que arrancar un invernadero por la DANA y otro por el thrips, Paco es un ejemplo de la resiliencia que siempre demuestra el campo almeriense. “Yo disfruto mucho de mi profesión, me canta el campo, pero sé que es un trabajo de riesgo porque se puede perder todo por el camino. Hemos demostrado que la fe mueve montañas y estamos alimentando a Europa un año más”, indica mientras revisa los líneos de sus Palermo. Un pimiento tardío, que llega en un momento de los precios al alza.

Hemos demostrado raza para sacar esta campaña, Europa seguirá comiendo productos de Almería de primera calidad” — Paco Fernández - Productor de pimientos

“Esta campaña ha sido de buenos precios, nos podemos quejar de otras cosas, pero no de los precios, que han estado bien. Ahora, además, con el frío van a pegar otra escalada”, dice este productor que recoge en torno a 7 kilos por metro de ecológico, lo que supone unos 70.000 kilos por cada una de sus hectáreas. Además, Paco también tiene pepino: “Este año lo he puesto. Normalmente trato de alargar el ciclo si puedo, pero como esta campaña está siendo complicada por todos los factores que hemos comentado, me he dejado alguna finca para poner pepinos”.

En unas semanas, melón y sandía

En torno al 15 de febrero, Paco comenzará el ciclo de primavera. Es agricultor de pimiento tardío y le gusta alargar los ciclos, pero siempre tiene alguna segunda opción planificada para años complicados como éste. Por eso, dedica aproximadamente un 30% de su explotación a la sandía mini y al melón amarillo cantalupo . “Cuando los pimientos ya los tenga casi acabados, comenzamos a preparar la tierra para melón y sandía. La pasada campaña fue de buenos precios, salí contento y confío en que ésta vuelva a estar igual o mejor”, dice este productor que camino de los 64 años, no sólo tiene vitalidad para sacar adelante las fincas, sino que tiene un don de gentes y un don de palabra exquisito: “Me gusta colaborar con la prensa”, por lo que habrá que volver a las puertas de verano para conocer el estado de sus sandías y sus melones.

La voz de Paco sale de unas cuerdas vocales doloridas por la inflamación. “Por las mañanas hace mucho frío aquí”, indica aún bien abrigado pasadas las once de la mañana después de varias horas. El frío ha llegado, las pizarras van a subir, pero al roquetero le hubiera gustado que llegara antes: “Lo mejor para el campo es que bajen las temperaturas antes, en torno al mes de noviembre. Entonces, se cierra el mercado en Holanda y nosotros aprovechamos que tenemos vía libre para nuestros productos”. Por si había alguna duda, Almería volverá a cumplir.

La DANA, otro gran contratiempo: “Hizo polvo las fincas”

Van a tener que pasar muchas cosechas para que los agricultores del Poniente olviden aquellos episodios de lluvia y granizo que trajo consigo la DANA de finales de octubre, la misma que un día después arrasó Valencia.

Un total 5.149 hectáreas resultaron afectadas en el Poniente de la provincia según los datos que hizo públicos el consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucia, Ramón Fernández-Pacheco. Fueron días dantescos, de destrozos materiales muy graves en todo el campo almeriense, afortunadamente sin tener que lamentar ninguna pérdida humana. Misma tónica en ciertas partes de Andalucía, como en la provincia de Cádiz con unas 90 hectáreas, la de Granada con 1.355 y la provincia de Málaga donde alrededor de 7.537 hectáreas resultaron afectadas. Junto con Almería, la peor parada de aquella fortísima gota fría de otoño.

Cristina Fernández, hermana de Paco, recogiendo pimientos en la mañana del jueves.
Cristina Fernández, hermana de Paco, recogiendo pimientos en la mañana del jueves. / Javier Alonso

Una de las fincas que Paco tiene en el límite municipal de El Ejido sufrió daños considerables. “Fue horrible. El agua fría entró en la finca que tenía con pimiento California e hizo polvo miles de matas. Tuve que arrancar muchas y dejar las que medio se podían salvar. Pero es que al tiempo, iban saliendo otros problemas por culpa de todo el encharcamiento que se produjo y los golpes de los granizos”, recuerda el roquetero, que salvó otras finca de Palermo y California porque el plástico estaba recién puesto y pudo aguantar la acometida de la tormenta sobre el Poniente.

Por fortuna, Paco tenía asegurados los ocho mil metros de finca que quedaron inservibles y el seguro ha cumplido con él. Como también lo ha hecho con otros profesionales del campo que fueron previsores. Eso sí, el agricultor hubiese deseado una mayor agilidad en las ayudas. “Es cierto que están ahí, pero en un momento tan complicado para centenares de familias que vivimos de esto, necesitamos que la administración esté cercana. Las ayudas tenían que haber llegado de forma más rápida, más ágiles”, pide el roquetero al que todavía le cuesta hablar de aquel episodio porque fueron muchos los amigos que perdieron la campaña.

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