Y llega la guindilla
Las tendencias gastronómicas hacen que las variedades del chile se erijan en nuevos cultivos rentables
Cristóbal Colón, en su viaje hacia Las Indias, intentó quebrar el monopolio turco de las especias en Europa, consiguiendo encarecer el valor desde su origen. Un producto muy cotizado desde tiempos inmemoriales y que hoy día se está convirtiendo, de nuevo, en objeto de deseo de los grandes chefs del globo y también de unos comensales cada vez más exigentes y ávidos de innovación en la gastronomía.
Hoy día, el picante es una de las joyas más cotizadas en un panorama gastronómico que cada vez vira más a la mezcla de sabores y a las presentaciones llamativas.
El chile es el producto ideal para condimentar esos platos a los que se le quiere dar un sabor fuerte o picante. A diferencia de otras plantas naturales de América, que tardaron décadas en ser aceptadas por los europeos, los chiles conocieron una rápida difusión mundial tras su introducción en España por Colón en 1493.
En España denominamos como pimiento a lo que realmente es chile en esas variedades que no producen ardor en el estómago y generalmente llamamos guindilla a las que sí las producen. O lo que es lo mismo, aquí hablamos del cultivo convencional (pimiento Largo, Corto, California, Italiano, Lamuyo, etc.) y llamamos chiles a los picantes. Si bien es cierto que las variedades guindilla (largas y cortas) son las más extendidas además de los pimientos del padrón o las guindillas de Ibarra.
La necesidad agudiza el ingenio y, ante el desgaste que está sufriendo un explotado sector del cultivo tradicional en Almería, los nuevos cultivos, como el chile, pueden ser una alternativa para una mayor rentabilidad. O por lo menos así lo cree Juan José Rodríguez, quien ya está obteniendo resultados de su apuesta por el cultivo de diferentes variedades de chile muy cotizadas en el mercado catalán.
"Me decidí a plantar estas variedades de picantes buscando la rentabilidad y por los consejos que me daban amigos míos dedicados al sector de la hostelería, quienes me reconocieron cuales eran los productos más demandados en el sector gastronómico", explica este joven agricultor de 35 años natural de Vícar, quien tiene muy claro que no piensa estancarse y, de momento, va adelantando a la crisis por la derecha.
"Un amigo brasileño, cocinero de profesión aquí en Almería, me avisó del auge que están viviendo las especias y, en concreto de los chiles picantes. Un mundo desconocido para mí, pero como siempre he tenido muy claro que no me iba a estacar, poco a poco, con cabeza, hice una prueba para esta campaña y, la verdad, es que me ha ido muy bien", explica Rodríguez sobre su pequeña plantación de 500 metros cuadrados destinada a estas variedades.
Los números hablan por sí solos: entre sesenta y setenta céntimos los 100 gramos. Y mejor aún, la mayor parte de las 1.000 semillas que cultivó entre las diferentes variedades se adaptaron muy bien llegando a producir, en algún caso, hasta tres kilos de producto por planta. Este joven lo tiene claro: "Voy a ir poco a poco desmarcándome de lo convencional. Para esta campaña dejaré el pimiento California y destinaré hasta 4.000 metros cuadrados para los chiles".
'Trinidad Scorpion Butch T', considerado uno de los más fuertes del mundo, el denominado 'Gorro Escocés' o el 'Pimiento Oloroso', característico por la intensidad de sus sabor como por la sensación olfativa que transmite a partes iguales; son algunas de las variedades de chile que Juan José Rodríguez ha cultivado experimentalmente durante esta campaña y que le han hecho lanzarse a la especialización.
Además de estos cultivos novedosos en la provincia, este joven vicario no para de visitar y hacer contactos buscando nuevas líneas con las que diferenciarse.
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